Estas semanas están reunidos en Davos unos aspirantes dioses que pretenden encaminar los pasos de la humanidad. No son las élites verdaderas sino los peones que han puesto quienes se esconden tras bambalinas.
Sus peones nos adelantan el futuro deseado. Pero no lo pueden imponer. Tienen que buscar la complicidad del pueblo para que les compremos la idea.
Conocemos su modus operandi: no obligan, pero fuerzan. Lo hemos visto con las “vacunas” que eran por nuestra salud pero ningún médico nos prescribió y muchos fueron los inputs para doblegarnos y acceder a ellas: no poder viajar, no poder entrar en un bar, no poder asistir al puesto de trabajo…
Nos cuentan los neo dioses que crear una moneda digital centralizada y controladora es para evitar atentados de grupos terroristas que emplean dinero físico y anónimo; que debemos identificarnos para poder acceder a Internet y, con ello, evitar el acceso de los jóvenes a la pornografía; que si hay que asfixiar la economía de ganaderos y agricultores es para salvar el planeta porque sus vacas, sus abonos o el diésel de tractores contaminan el planeta.
Pero la razón real es otra. Quieren controlar la población y controlar su crecimiento. Eso les da el poder absoluto.
Quieren eliminar la disidencia que entorpezca su objetivo porque nuestros Señores son poseedores de la Verdad y cualquier otra opinión, aunque provenga de científicos o Premios Nobel, es desechada. También quieren el control la actividad humaa. Para eso son las CBDCs y la identificación digital. Y quieren controlar los recursos naturales y los alimentos para controlar el rebaño. Lo quieren poseer todo pero, no se preocupen, porque nos dicen que seremos felices.
Detrás de toda gran crisis sanitaria o climática hay una gran expansión de deuda. Más deuda a nivel mundial representa más intereses que pagar y más deterioro de nuestras economías. Esto nos podrían dar una pista del verdadero negocio y de quiénes ganan emitiendo dinero de la nada y podrían estar detrás de todas estas políticas. Son las verdaderas élites.
Para que les compremos sus ideas emplean un catalizador potentísimo como es el miedo. Ya están anunciando la Enfermedad X que, con una letalidad 20 veces superior, deja a la altura del betún a la Covid-19. Y, por si no funciona, ya han encontrado al culpable del cambio climático: usted y yo.
Con la excusa de esa Enfermedad X (cuyo origen y síntomas dicen desconocer y de la que, paradójicamente dicen tener la cura) van a intentar doblegarnos una vez más. Una cura que vuelve a presentarse en forma de experimento génico experimental basado en ARN mensajero. Le han cogido el gusto a esta técnica desoyendo las advertencias y peligros que nos viene recordando su descubridor, Robert Malone.
Pero si no fuera suficiente con la Enfermedad X, ya les he dicho que se guardan el comodín de responsabilizarnos del cambio climático. Nada tiene que ver con las épocas de La Tierra o el movimiento del sol (sí, el sol se mueve), con las corrientes oceánicas que transportan el calor o las erupciones volcánicas. No, todo es porque usted y yo no vamos en bicicleta al trabajo.
Los caminos de nuestros Señores son inescrutables. Querrán convencernos y que les compremos su mensaje y renunciemos a nuestras libertades. Todo en favor de su control y sus bolsillos.
Por suerte les estamos calando y, cada vez más les vemos como pseudo dioses. Ya no nos creemos tanto sus cuentos adornados con vaticinios catastróficos.
Miren la que están liando los alemanes con los tractores y camiones por recortes a sus ayudas. Recortes motivados, como imaginan, porque su actividad es “dañina para el clima”. Díganme si aparece en la tele porque yo ya dejé de verla.
Ya les conté que algo así hicieron los ganaderos holandeses el año pasado y los camioneros canadienses hace dos años.
Pero en España estamos narcotizados. Si salimos a la calle es tímidamente y sin regularidad. Luego todo se olvida. Aquí esperamos con impaciencia el salario básico universal en dinero digital centralizado. Si el cojo Manteca levantara la cabeza.
Muy bien explicado, si señor; asi es y el que no lo quiera ver es que vive en el mundo de la ignorancia. Abrir los ojos ciudadanos … y actuar
… no veo que digas nada acerca del mundo de las fantasías religiosas… ese sí que es el bulo más grande jamás contado, y por mucho que los gobiernos digan en campaña que van a ir hacia el sano laicismo, al final bajan la cabeza ante la iglesia y sus postulados, y sus tentáculos, y sus mandamientos, en cuanto la conferencia episcopal les llama al orden… eso demuestra quizás tu teoría, el que aún no hayamos podido desembarazarnos de ese lastre en forma de garrapata confesional…