Después de treinta años de acciones voluntarias, llegan las líneas rojas en los próximos 10 años a Menorca. A partir de enero del 2025 todos los envases para uso doméstico tienen que informar obligatoriamente del contenedor donde se tendrán que depositar para poderlos reciclar.
Cuando se trata de envases fabricados con materiales diferentes y que se puedan separar fácilmente, hay que especificar donde tiene que ir cada parte. Cuando no sean sencillos de separar, se tiene que indicar el contenedor correspondiente al material que predomina en peso.
Hay un aspecto, pero, sorprendente, y es que los pictogramas conocidos verdes, azules, amarillos y marrones no tendrán definido a la ley del real decreto el formato o la medida mínima.
El blanqueamiento de los residuos también tendrá asedio. A partir de este año, también queda prohibido incluir mensajes como “respetuoso con el medio ambiente” o frases parecidas que puedan inducir a abandonar el envase. Los envases compostables en compostaje doméstico o industrial tienen que llevar la indicación de no abandonarlo al entorno. De acuerdo con la ley, los fabricantes que lo quieran pueden incluir información que “ayude a tomar decisiones informadas por parte de los consumidores” sobre el material reciclado, como el porcentaje de material del envase, incluyendo los componentes. Tiene que ser con una evaluación auditada y certificada por entidades ajenas a los fabricantes y productores y se tiene que revisar, como mínimo, cada cinco años.
Otra de las principales medidas desde el 2025 es que habrá que indicar si el envase es reutilizable e incorporar el símbolo asociado al Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). Con este sistema, el consumidor tiene que dejar en depósito unos céntimos cuando compra, dinero que puede recuperar cuando vuelve al comercio el envase vacío, y así se garantiza la recuperación de envases. Una metodología de reciclaje que se tendrá que aplicar en dos años a los envases domésticos de PEDO y polietileno de menos de 3 litros y desechables.
Importando en esta rampa de diez años. El 2030, quedarán prohibidos algunos tipos de envases de plástico desechable, como los de frutas y verduras frescas sin procesar, los de alimentos y bebidas que se sirven y consumen en cafeterías y restaurantes, los de porciones individuales (por ejemplo, condimentos, salsas, crema, azúcar) y los envases pequeños de productos de higiene personal.
En definitiva, entre treinta años que llevamos de voluntarios y diez años de adaptación ya obligatoria, las quejas poca justificación tendrán salvo que sea por pereza o negacionismo.
*Un artículo de Francesc Mauri (TV3-Amic) para Menorcaaldia.com
