Si el temor a los contagios ya retraía a mucha gente a acudir a bares y restaurantes a tomar algo, la entrada de Menorca en el Nivel 4 de alerta agrava la situación. A partir del sábado sólo se podrá atender en las terrazas. Esto imposibilita utilizar los comedores de interior. Además, las mesas en el exterior se reducen en un 25%. Y para acabar de empeorarlo todo nos encontramos en pleno invierno lo que quita las ganas de comer a la intemperie pasando frío. Por otro lado, el adelanto del toque de queda a las 22.00 impide el ir a cenar en los horarios habituales de los menorquines.
Para paliar la situación muchos negocios han optado por realizar entregas a domicilio. Lo que antes se circunscribía poco más que a pizzas, hamburguesas, bocadillos o restaurantes chinos, ha evolucionado. La oferta de platos y sabores se ha disparado y la entrega a domicilio ya no es una exclusiva del 'fast food'.
