La producción de mieles chinas, más baratas, se mezclan con otras sin que se refleje de manera fehaciente en el etiquetado. Ante la presumible menor calidad de las mieles chinas, que en ocasiones se ha comprobado que pausterizan a una temperatura tan alta que hacen perder propiedades al producto, las empresas españolas (y ahora también las menorquinas) se han sumado en una cruzada con el objetivo de obtener un cambio legislativo. Con este cambio se debería imponer un etiquetado que diferenciara el porcentaje de mezcla, en caso de haberlo, y que permitiera siempre que el producto final no perdiera calidad. Algunas voces aseguran que se está adulterando el producto final de tal manera que el resultado es más parecido a un edulcorante que no a miel.
Los productores españoles (y menorquines) apuestan por la calidad de su producto pero, para que éste se reconozca en los puntos de venta, es preciso un etiquetado riguroso que actualmente no se aplica.