El Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de las Islas Baleares (FOGAIBA) ya ha ejecutado el pago de un total de 2.854.665,23 € de la convocatoria de este año de la línea de ayudas para el mantenimiento del paisaje agrario. Financiada con fondos del Impuesto de Turismo Sostenible, está dotada con un total de 2.900.000 €.
725 profesionales se han beneficiado de esta subvención obteniendo 3.937 € de media. De este modo, las ayudas han llegado este año a 82 profesionales más que en 2018, cuando se beneficiaron 643 profesionales obteniendo, de media, 3.925 €.
Por islas, en Mallorca se beneficiaron 520 agricultores; en Menorca, 165; en Ibiza, 38, y 2 en Formentera.
Con esta línea de ayudas se pretende compensar los gastos superiores que conllevan el manejo de explotaciones diversificadas y reconocer la labor beneficiosa que desarrollan tanto en el ámbito agrícola como en el ecológico.
Una explotación agraria diversificada es aquella en la que se lleva a cabo una gestión agraria determinada aprovechando los recursos naturales que tiene al alcance de una manera sostenible, en mayor o menor grado. Estas tareas de reutilización de los recursos -residuos, purines, restos de poda, pastos, etc.- y de diversificación menudo implican unos gastos adicionales de mano de obra y maquinaria, que no se producen en explotaciones más intensivas. A la vez, sin embargo, esta gestión agraria diversificada genera servicios ambientales gratuitos que, aunque no estén reconocidos ni remunerados, benefician al conjunto de la sociedad -la absorción de CO2, la polinización por parte de abejas, la conservación del suelo fértil, el reciclaje de nutrientes o la conservación del patrimonio genético, como son las variedades locales y razas autóctonas, entre otros.
Asimismo, la dispersión parcelaria de las explotaciones y el tamaño de las parcelas ha contribuido de una manera extraordinaria a la creación de un paisaje agrario rico y diverso, un sistema complejo de relaciones en muchos ámbitos entre el ser humano y la naturaleza llamado agroecosistema.
Por otra parte, el manejo de estas explotaciones es económicamente menos eficiente que las explotaciones con monocultivos o sin producción cualificada. Esto implica una gran desventaja competitiva respecto de otras modalidades de explotación más intensivas y tecnificadas que se dedican a unos pocos productos agrarios.
Estas explotaciones diversificadas son el modelo de gestión agraria mayoritario en las Islas Baleares, lo que estructura el territorio y lo que le otorga identidad. Debido a la capacidad de reacción económica baja que tienen, son las que sufren de manera más grave las dificultades del sector y la competitividad que ejercen los grandes productores.