El verano y el calor marcan la lógica tendencia en vestir; llevar tejidos agradables de llevar. Además se posicionan con fuerza los colores blancos y claros y los tejidos de bordados perforados que ofrecen muchas posibles formas de vestir en verano. Este tipo de confección está en vestidos, pero también en blusas o faldas midi. Las trasparencias consiguen moldear el nivel de atrevimiento con la comodidad y la ropa ligera que es más fácil de vestir en verano. Otros ejemplos que ganan terreno son los vestidos que llevan una sola manga, dando la oportunidad de lucir hombro y combinar muchas telas con resultados elegantes.
Los brillos siguen presentes en multitud de complementos. El acierto de llevarlo al calzado (eso lo han sabido hacer muy bien en muchas marcas menorquinas), se lleva a otros elementos, como riñoneras o bolsos que llevan lentejuelas.
Los vestidos estampados con motivos naturales también consiguen tener su sitio en el armario básico del verano.
El verano no está reñido con la elegancia y por eso las chaquetas de verano van a estar presentes en muchas combinaciones para salir de noche e incluso para diario.
Vemos muchas referencias a bolsos de rafia. Y puestos en complementos, los pañuelos en forma de lazo en el cabello están también marcando tendencia.
