Las islas del archipiélago balear tienen problemas medioambientales similares, pero las características específicas de cada territorio obliga a que en cada una se actúe de forma diferente. Así lo acordó la junta interinsular del GOB reunida este fin de semana en Menorca. Los ecologistas pusieron como ejemplo la contaminación de los cruceros. “Es mucho mayor en Palma y Eivissa que en Menorca, pero si no le ponemos solución aquí, al cabo de un tiempo estaremos igual” manifestó el biólogo del GOB-Menorca Tòfol Mascaró.
Además de la polución generada por cruceros, los conservacionistas apuntaron en la reunión celebrada en Menorca la lenta descarbonización energética en general y la necesidad de proteger el territorio para evitar excesos en la presión humana.
Entre las propuestas acordadas destacan el poner límites al consumo de territorio reduciendo las plazas turísticas con la fórmula 2×1, que obliga a eliminar dos obsoletas para crear una nueva; reducir la presión turística y la contaminación producida por los cruceros y los aviones; desclasificar territorios en peligro de ser construidos, sobre todo los que no tengan derechos urbanísticos consolidados. También se quiere frenar la especulación urbanística y aplicar eficazmente las nuevas normas de protección ambiental, sobre la posidonia, los residuos, la transición energética y el cambio climático.