El objetivo de los ayuntamientos es cumplir con las normativas europeas, aumentar de manera significativa el reciclaje y ser ejemplo de sostenibilidad. Hay un largo camino por delante, pero no es imposible. Hay lugares donde están haciendo cosas interesantes en cuanto a la reducción o reutilización de residuos. Vamos a ver unos cuantos ejemplos.
Nuestra primera parada es en tema de ropa de bebés. Se calcula que, de media, todos los meses los padres se gastan más de 200€ en comprar ropa para sus bebés, pues, al ritmo que crecen los bebés, la ropa que usan pronto se les queda pequeña y hay que renovarla. Vigga es una empresa danesa de Kastrup, en Copenhague, fundada por Vigga Svenson quién, consciente de este problema, ha decidido crear una innovadora e inteligente solución.
La firma diseña ropa orgánica (con algodón y lana, sin ningún tipo de químicos y fácilmente reciclable) y reutilizable, la cual comercializa de una manera muy diferente: es necesario suscribirse en su página web y, por 48€ mensuales envía a sus clientes una bolsa con entre 15-20 piezas de ropa que, una vez se le quedan pequeñas al bebé, devuelven a la empresa, la cual les facilita otra bolsa con ropa de tallas más grandes y, así, sucesivamente.
Cuando la ropa vuelve a la empresa, realizan una inspección de calidad (los clientes tienen que comprometerse a devolver las prendas en buen estado) y después realizan un lavado en una lavandería ecológica, para poder ser enviadas a otra nueva familia, hasta un total de cinco ciclos (familias).
Se ha calculado que se necesitan en torno a 3000 litros de agua para fabricar un pijama de bebé. Eso es igual a la cantidad de agua que una persona puede consumir en un mes. En su fabricación se emite alrededor de siete kilos de CO2 (el equivalente al que emite un coche tras ser conducido durante 55 kilómetros). Al reutilizar estas prendas por parte de cinco familias distintas, el consumo de agua y la reducción de CO2 se calculan en un 80%. Con razón dicen que la ropa más sostenible es la que ya existe.
El norte de Europa tiene fama de saber gestionar mejor los residuos que aquí en Menorca (o España). En Amsterdam y el resto de Holanda el vertido está muy penalizado, con una tasa de las más elevada de Europa. Mientras aquí nos esforzamos por conseguir mejores cotas de reciclaje, allí en 2010 ya superaban el objetivo 2020 de la Unión Europea de más de un 50% del total de residuos urbanos reciclados, y presentaban un balance neto negativo en la gestión de residuos en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y eso que incineran una gran parte. Aprovechan el calor resultante. Las cenizas se van a formar parte de materiales de construcción. Y al vertedero no llega prácticamente nada.
… recuerdo hace años haberme enterado por la prensa de que los papeles y cartones que pedían reciclar a la población de la isla, se descubrió que no se habían llevado a la península y acabaron quemándose en Milá… fue cierto? creen que así es la manera de fomentar el reciclaje en serio a la gente, si luego hay melaos que no saben hacer su trabajo como toca?