Y como ocurre siempre, las navidades casi han llegado a su fin de una manera veloz y hemos llegado al año nuevo 2020.
Una nueva década que comienza, que nos trae nuevo gobierno y con él grandes cambios para los que vivimos en España.
En estos días de fiestas entre turrones, champagne e interminables comidas, me he enganchado a una nueva serie de Netflix, la televisión de esta década pasada. Se titula “Mesías” y cuenta la historia de un Mesías que llega para ayudar al planeta entre guerra de países y la gran miseria humana que estamos viviendo.
Y realmente me he enganchado a ella para saber de que forma un Mesías podría salvar el planeta. Y entre la ciencia afición y la imaginación de los guionistas de Hollywood, me ha surgido una gran pregunta; ¿no estamos actualmente demasiado carentes de Mesías?.
Ciertamente necesitaríamos un Mesías o más de uno, que nos ayudaran a encontrar el camino que estamos buscando y que parece que nuestro país ha perdido.
Nos encontramos carentes de fe y no me refiero exclusivamente a una fe religiosa que nos marque una directriz a seguir, sino a una fe que vaya más allá, algo que nos recuerde unos principios y valores que nos ayuden a ser más felices y a no estar perdidos como nos encontramos en este momento.
Todo el mundo con el que hablo teme los cambios políticos y sociales que se avecinan, temen una nueva crisis económica y un mal año, como si el hecho de cambiar de década trajera con ello más desgracias.
Tal vez estamos carentes de un Mesías que nos aliente a seguir hacia adelante, que nos diga que todo saldrá bien, que está en nosotros mismos cambiar nuestro destino y que eso que tanto tememos no va a suceder.
Yo por mi parte tengo fe sobre una vida mejor, sobre el poder del ser humano para mejorar las cosas y confío en que es posible cambiarlo todo. Ahora bien, me gustaría encontrar el camino para hacerle ver a todo el mundo que, las decisiones que toman cada día, son lo que marcan su destino y que tenemos que ser responsables de dichas decisiones, ya que ellas harán que las cosas vayan bien o mal en nuestras vidas.
Si tenemos la suficiente habilidad para verlo, 2020 puede ser un gran año y una década fantástica en la que todos nuestros propósitos se puedan cumplir.
Eso es lo que deseo a todos nuestros queridos lectores.
Mientras que llega ese Mesías, solo me queda desearles un Feliz 2020.
… hacía tiempo que no veía un texto tan lleno de faltas de ortografía y de sintaxis, siento decirle que olvidó pasarlo por el corrector, y si lo hizo le ha jugado una mala pasada… en fin… coincido en lo de los buenos deseos, pero no entraré a valorar las creencias en sirenas o elfos de la gente, total, usted misma admite que son personajes de ficción de una serie de televisión, y es que nos enganchamos muy a menudo a ellas… yo no veo en mi círculo de amistades tanto desespero por el futuro, al contrario, creo que habrá cambios con el futuro gobierno y serán para mejor porque serán cambios para todos, no para unos cuantos… no necesitamos fe para encontrar caminos, nos bastamos sólos, la fe es para los que están despistados y creen que hemos iniciado una nueva década, pues no, 2020 es un año de transición, no queremos fe, tendremos gobierno y será bueno y el mesías ese de ficción que siga entreteniendo a quien le gusten los cuentos… feliz año
Temer a lo desconocido es un impulso ciego y paralizante y obrar por un día a día más soportable ahí su más valioso antídoto que Hollywood no alcanza con el glamour “déjà vu”.