Además, la situación es particularmente grave en el caso de las mujeres mayores de 65 años, que representan el 65,8 % de los perceptores de la Renta Social Garantizada.
“Un alto porcentaje de personas perceptoras de pensiones no contributivas de baja cuantía (que complementan su pensión con el complemento específico de la Renta Social Garantizada) son en la mayoría de los casos mujeres que han padecido la discriminación de género. Unos efectos negativos que sobre todo se hacen patentes en edades avanzadas, después de haber dedicado toda una vida al cuidado de niños y familiares, y al trabajo doméstico”, incide Asuntos Sociales.
El departamento autonómico subraya que estos datos ponen de manifiesto “la precariedad en la que viven miles de mujeres en las islas” y la especial vulnerabilidad de las mujeres frente a la pobreza.