La exposición sobre la vida de Joan Flaquer es el gran gancho que actualmente tiene el Museo. Un amplio programa de actividades que se había planteado para acompañar esta muestra se vió truncado por la pandemia aunque desde el Museo ofrecieron a lo largo de estas semanas visitas virtuales con videos que ayudaban a “visitar” la exposición aunque no se estuviera de cuerpo presente en la exposición.
Con las condiciones que impone la fase 1, el Museo ha vuelto a abrir siguiendo los consejos de las autoridades.
Solo pueden acceder el 30% de su aforo. Hay que contemplar que se limita la visita a un tiempo determinado y en unas franjas horarias. Por eso es ideal consultar la web para conocer los horarios e incluso para avisar que queremos ir a ver la exposición (es gratuita) para evitar aglomeraciones o esperas.
Las visitas tendrán que ser individuales, ya sea de solo una persona o de una unidad familiar, incluyendo, por lo tanto, aquellas personas que vivan juntas. En cualquier caso, se tendrá que respetar una distancia de dos metros entre todos los asistentes. En esta fase, las visitas guiadas, las actividades culturales y los eventos están (todavía) suspendidos. Está prohibido el uso de audioguías y de paneles táctiles que puedan suponer un riesgo de contagio.
El arqueólogo Joan Flaquer, en una de sus habituales excavaciones, descubrió más de doscientos vasos de fondo alto de final del periodo talayótico en muy buen estado de conservación. Joan Flaquer i Fàbregues fue uno de los máximos representantes de la arqueología menorquina de la primera mitad del siglo XX.
Coleccionista, numismático y arqueólogo, participó activamente de la vida cultural mahonesa, que en aquellos instantes se desarrollaba en torno al Ateneo mahonés, y publicó en la Revista de Menorca una serie de artículos sobre arqueología, historia y numismática menorquina. Su tarea fue capital para introducir figuras de renombre internacional en la isla, algunas de estas figuras femeninas (Murray, Serra).
En junio de 2017 el Museo de Menorca recibió en depósito los objetos históricos que Flaquer había legado a su nieto: más de tres mil piezas arqueológicas, la mayor parte prehistóricas, romanas e islámicas halladas en Menorca, además de una importante colección de monedas y un gran volumen de documentos. El depósito tiene un gran valor por el hecho de representar el fondo íntegro de uno de los pioneros de la arqueología menorquina.