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También hay un cambio de fase en la descarbonización de Menorca

Las energías limpias encajan con el modelo de Reserva de la Biosfera y el crecimiento sostenible real

Los objetivos están a nuestro alcance
Los objetivos están a nuestro alcance
Se trata de cambiar las fuentes de generación y algunos hábitos

El cuándo es ahora y el donde es aquí. Según Jesús Cardona, artífice de los estudios sobre proyección del modelo energético de Menorca desde las Directrices Estratégicas de Menorca (DEM), se dan las condiciones idóneas para cumplir los objetivos que se marcaron en los estudios sobre la evolución de la obtención y gestión energética de la isla. Las aspiraciones de conseguir cambiar una fuente eminentemente de combustibles fósiles por otra de renovables está más cerca gracias a elementos como la buena predisposición de los actores políticos, sociales y culturales.

Frente a la conciencia de poner freno a los efectos del cambio climático y a la proyección que se está dando en el ámbito europeo al apoyo a fuentes limpias de energía, Menorca quiere tirar del carro de este nuevo ciclo. Y aunque pasar de un 3 a un 85% de generación de renovables era una meta aparentemente imposible hace unos años, la crisis del COVID y los acuerdos obtenidos recientemente para los grandes productores están acercándonos más a que sí se pueda conseguir.

Tal como plantea el último artículo publicado por Cardona: “Las conclusiones del proceso DEM-e se han sintetizado en el documento “La segunda transición energética de Menorca”, que contiene las directrices propuestas para descarbonizar el sistema energético de la isla de Menorca. Su elaboración se ha basado en una visión integral de las diferentes fuentes, infraestructuras y usos de la energía, con el objetivo de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. La propuesta pretende reconducir el sistema energético desde la configuración actual hacia un modelo basado en energías renovables, plenamente compatible con los compromisos asumidos como Reserva de Biosfera”

Las directrices se plantean desde el criterio del triple balance de la sostenibilidad (seguridad del suministro, viabilidad económica y sostenibilidad ambiental). El primer criterio de este balance apunta a ser más autosuficientes en cuestión energética. El doble cable que nos una a Mallorca será un elemento fundamental para descolgarnos en un primer momento de los combustibles fósiles que se queman en la isla, aunque la aspiración futura es que quede como una línea de vida y no como el canal principal de suministro.

Las energías limpias encajan con el modelo de Reserva de la Biosfera y el crecimiento sostenible real. En cuanto a la viabilidad económica se apunta a la creación de una economía local que gire en torno a la transición energética. Aquí hay un campo abonado de posibilidades para romper con la dependencia del sector servicios que ha desequilibrado la balanza económica. Depender casi por completo del turismo no parece la mejor apuesta hoy. La participación ciudadana a través de una comunidad energética debe ser el impulso definitivo a un cambio necesario.

Todo cambio que se plantea debe integrarse en el paisaje preservando una imagen que contemple la preservación de los valores agrarios, forestales y patrimoniales.
Según los cálculos de estos expertos, los objetivos propuestos nos llevan a una reducción del -71% de los gases de efecto invernadero (GEH) respecto a 2013 y una reducción del -54% respecto 1990. Esto nos llevaría a cumplir con los marcos de referencia de descarbonización, que son el UE Roadmap 2050 y la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en 2019 por el GOIB.
Recuerda finalmente el documento de la Segunda Transición energética, que las directrices de las DEM-e son una hoja de ruta, voluntaria y revisable, que ha de permitir dar los primeros pasos para transformar uno de los sectores que más aleja Menorca del compromiso adquirido como Reserva de Biosfera, que es el energético.

La transición energética será viable siempre y cuando cuente con la aceptación y el compromiso social, teniendo en cuenta que la condición de Reserva de Biosfera ha de ser un factor para mejorar las condiciones de vida en la isla, a la vez que se preserva el medio ambiente que nos ampara.


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