Un emprendedor es aquel que tiene una idea nueva y que espera triunfar con ella. Dentro del ámbito de la empresa se les conoce como start-ups y como el objetivo es el éxito, tradicionalmente se ha planteado que el rebaño de ideas tenían que participar en una carrera para conseguir la financiación que hiciera realidad esas ideas.
En Menorca se creó hace algún tiempo un planteamiento a la inversa; una idea se tiene que madurar. Y eso necesita una actitud que parte de la calma y la reflexión. La propia isla de Menorca se ha convertido en el centro de lo que se ha denominado la primera desaceleradora de start-ups del mundo. Y en 2021 vuelve a ponerse en marcha tras un 2020 pandémico y donde no hubo convocatoria.
Será la sexta edición y se celebrará entre el 17 y el 25 de septiembre con el ánimo de respirar, enfocar y crecer. Las startups participantes aspiran a conseguir conectar con fuentes de financiación que les permitan desarrollar su idea. Las jornadas de Decelera combinan un retiro en la paradisíaca isla menorquina con el contacto con personajes que se han ganado el respeto del mundo empresarial o financiero por sus éxitos.
En este caldo de cultivo ya han pasado 125 startups que han sumado más de 200 millones de euros en inversión. Algunos ejemplos son compañías como Mercaux, Electronic ID o Senseye.
Hay una serie de condiciones para participar. La idea de empresa presentada debe tener un alto componente tecnológico. Deben ser europeas, deben partir con un proyecto madurado (no ilusorio) y deben ir alineadas con algunos de los objetivos de desarrollo sostenible que propugna Naciones Unidas.
El gancho de Decelera no se queda en los 150.000 euros de inversión que pueden conseguir si convencen a los inversores que escucharán a los participantes en la última jornada (Demo day) si no que optarán a tener un seguimiento posterior que les podría abrir las puertas a mayores plataformas de financiación de hasta dos millones de euros de capital por startup.