Con la idea de sensibilizar sobre el modo en el que consumimos los alimentos, la organización “Justicia Alimentaria” lanzó un concurso de microrrelatos a nivel nacional.
Con los resultados del certamen, cincuenta relatos destacados se recogen ahora en una publicación en formato PDF que se puede leer a través de la web y donde han participado también escritores menorquines como Luis Soler Dauchy o Ana Teixidor Orfila.
Como explica Raquel Álvarez de Justicia Alimentaria de Valencia, la dieta inadecuada es la primera causa de enfermedad crónica y muerte prematura en el mundo. Estas enfermedades no afectan a todas las personas por igual si no que se ceban en las clases populares, existiendo una relación entre salud alimentaria y renta. La forma en la que producimos, distribuimos y consumimos alimentos tiene un enorme impacto a nivel ecológico y climático, lo que acaba repercutiendo en nuestra salud.
Justicia alimentaria ha querido señalar de manera clara cómo se producen injusticias a nivel del precio que perciben los agricultores por sus productos o las duras condiciones de trabajo que afecta a muchos temporeros (hombres y mujeres). Álvarez reflexiona sobre la necesidad de una transición a un sistema alimentario diverso y localizado que ponga en el centro el derecho a la alimentación de las personas y que les permita conservar los ecosistemas naturales y agrarios y, por ende, a largo plazo también la vida en el planeta.
La organización de este concurso apostó porque las bibliotecas públicas se conviertan en activos de salud alimentaria para toda la población y piezas clave en la transición alimentaria.
El concurso “Relatos que alimentan” se enmarca en el proyecto “Bibliotecas que alimentan”, que quiere impulsar a las bibliotecas públicas como lugar de producción de conocimiento y participación ciudadana en tema de alimentación saludable, sostenible y justa.
El primer premio ha recaído en el relato “Recuerdos y maleza” de David Tejada, de Godella y el segundo premio ha sido para Marc Casasnovas de Barcelona con “El remolí de l’ensaïmada”.