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La UIB propone una hoja de ruta para asumir el cambio climático

Tiene 69 medidas entre la que destaca la diversificación económica

La tendencia es que siga calentándose el planeta
La tendencia es que siga calentándose el planeta
Foto: Pixabay

Un equipo de investigadores del Laboratorio Interdisciplinario sobre Cambio Climático (LINCC) de la Universidad de las Illes Balears ha recogido 69 medidas de mitigación y de adaptación que sería necesario implementar antes del año 2030 para conseguir reducir los impactos del cambio climático.

Los investigadores son miembros de varios departamentos de la UIB y trabajan en áreas de conocimiento diversas. Han estudiado los cambios físicos proyectados para las próximas décadas como resultado del cambio climático y han analizado los impactos sobre variables ambientales, económicas y sociales.

Los resultados muestran que el aumento esperado de la temperatura y el nivel del mar, la disminución de la precipitación media y el incremento de la evapotranspiración, las sequías, el aumento de la acidificación y la desoxigenación en el océano representan las amenazas principales para las Illes Balears, tanto en cuanto a sus ecosistemas y la salud de sus habitantes, como en cuanto a su economía, dada la elevada vulnerabilidad del sector turístico al cambio climático.

Los investigadores proponen llevar a cabo acciones de mitigación y adaptación en el ámbito de los ecosistemas terrestres y marinos, los recursos hídricos, la energía, las infraestructuras y la planificación urbanística, la salud humana, la economía, la legislación y la educación. La movilidad sostenible y el tratamiento de residuos son también áreas de acción recomendadas para la mitigación.

Los investigadores sugieren que la propuesta de medidas sea vista como una oportunidad para llevar a cabo la diversificación del modelo socioeconómico actual. Y es que el uso intensivo de energía fósil y materiales por parte del sector turístico, que lo convierte en uno de los mayores contribuyentes al calentamiento global, así como la elevada vulnerabilidad del turismo al cambio climático demandan urgentemente la diversificación económica de las regiones turísticas en pro de actividades con menos huella ecológica.

Una economía más diversificada en pro de actividades que consuman menos recursos y generen menos impactos ambientales, y, por lo tanto, una economía más resiliente en la que el sector turístico tendrá que tener menos peso, no lo eximirá de llevar a cabo, junto con el resto de sectores, acciones encaminadas tanto a reducir sus emisiones como a mejorar la respuesta ante el cambio climático. En este sentido, el turismo «de proximidad», «bajo en carbono» o «slow» y la relocalización de empresas, instalaciones e infraestructuras son algunas de las medidas de mitigación y adaptación, respectivamente, que el sector turístico podría llevar a cabo.


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