El cuello de botella se produce por la suma de varios factores que ya en el mes de mayo están anticipando cómo puede ser el verano menorquín. Habrá muchos turistas que se van a encontrar sin coche para moverse por la isla. La falta de vehículos viene determinada por varias cuestiones:
1. La pandemia precedente. Ante la incertidumbre de estos dos años previos, las flotas o no se han renovado o se han ajustado a la mínima expresión.
2. A la hora de recuperar el tono de las flotas se han visto que no hay suficientes coches. La crisis de la falta de componentes (chips) para fabricar los coches actuales ha paralizado cadenas de montaje. Y además, también ha habido problemas en la cadena de distribución, que se enquistó en varios lugares del mundo, especialmente en la zona asiática.
3. El inicio de la guerra en Ucrania ha estrangulado el sector energético y de combustibles, afectando a la subida del petróleo e incrementando los precios. Todo esto desincentiva al sector de la automoción, muy dependiente de estos combustibles.
Por si no fuera suficiente, hay que sumar otras cuestiones que también preocupan al sector de las empresas de alquiler de coches; no hay personal suficiente para trabajar en los rent a car. La gente joven local busca opciones alejadas del arduo trabajo en pleno verano y aquellos que sí están dispuestos a trabajar y vienen de fuera de la isla se encuentran con precios de alquiler habitacional muy caro y escaso.
Las empresas de alquiler de coche pueden estar seguras que con un número limitado de vehículos, los alquilarán, aunque también hay que apuntar que el precio será superior a otros años. El problema será cuando ni pagando se pueda conseguir vehículo, especialmente en agosto que es cuando se espera mayor afluencia de gente.
Por otro lado, hay alternativas. Motos o bicicletas y, sobre todo, el transporte público. Ya no es extraño ir a la playa en autobús. Quizás este año se instaure definitivamente como la mejor manera de ir y volver a la costa sin estresarnos. Las zonas de aparcamiento de las playas más concurridas se colapsan pronto en temporada alta. Ir en autobús a las urbanizaciones de costa (y sus playas) es, sin duda, la mejor alternativa para este verano en Menorca.
