Pedro Capó e Ignasi Dalmedo han vivido la cara más dura del fútbol en el Arroyo, equipo extremeño de Segunda División B.
Los dos jugadores menorquines, que llegaron en diferentes etapas, pelearon hasta el final por mantener en la categoría a un conjunto que finalmente ha muerto en la orilla.
A pesar del triunfo en la última semana ante el Cádiz por 3-0, la jornada ha dado con el Arroyo CP en Tercera División, a pesar de sumar los mismos puntos varios equipos, entre ellos el Cartagena, que jugará la promoción.
Los futbolistas isleños se han quedado a las puertas de la permanencia y la reacción de Capó ha sido la de un tipo que ha sentido el descenso: “Un descenso siempre es jodido, pero lo es más si sucede en un lugar maravilloso con gente maravillosa”, ha explicado a través de la redes sociales.
“Dar las gracias a todo el pueblo y a toda la gente que ha convivido con nosotros día a día y pedirle perdón por no haber cumplido nuestro cometido”, anotaba el mediocampista menorquín.
Capó y Dalmedo buscarán ahora un destino que les permita olvidar un final de curso muy duro en el que ha padecido la parte más oscura de este deporte.