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Un nuevo caso de violencia doméstica, una brizna de esperanza

Una opinión de Lola Maiques Flores

Lola Maiques Flores

Heridas leves sobre la piel pero el corazón roto, la mente confundida. Seguramente así se encuentra la joven ciutadellenca que hubo de ser atendida por la Policía Local, tras recibir un aviso de que en un piso se oían golpes y gritos. Al llegar, la joven, de sólo 19 años, contó que había sido agredida por su compañero sentimental de 25, que fue detenido.

Unas breves líneas para resumir un nuevo episodio violencia doméstica, líneas que son expresivas de todo el dolor y la incomprensión que provoca este fenómeno, pero también arrastran una brizna de esperanza. Dolor porque no es complicado aventurar el sufrimiento de quien se ve golpeado y agredido por una persona a la que ama, o amaba, e incomprensión ante las dudas, las incertidumbres, las preguntas que le acosarán: porqué me está pasando esto, cuándo empezó todo, cómo salgo de esta situación…

La incomprensión de las víctimas se hace extensiva a la sociedad en su conjunto, tal y como apuntaba recientemente el escritor Lorenzo Silva ¿Qué estamos haciendo mal? Cómo puede ser que, lejos de acabar con un fenómeno que se vincularía a otros tiempos, a otras formas de educar y de entender las relaciones entre hombres y mujeres, nos encontremos con casos como éste, con un agresor de 25 años y una víctima de 19? ¿Qué podemos hacer para revertir esta lacra?

En este caso el dolor y la incomprensión se acompaña de una brizna de esperanza. La Policía acudió en auxilio de la joven porque alguien hizo una llamada, porque escuchó, se temió lo peor y no pensó “esto no es cosa mía”, y así, la joven fue atendida y su presunto agresor detenido No es gran cosa porque el sufrimiento y el dolor no acaban con la denuncia, las víctimas deben recibir ayuda para olvidar y rehacerse después de una situación de violencia.

Es simplemente una brizna, sólo un tímido destello que permite soñar con la luz al final del túnel, que permite pensar que con educación, compromiso, valentía y apoyo judicial y social algún día no tendremos que informar de una nueva agresión, no tendremos que lamentar una nueva víctima. Mientras tanto, todo el apoyo a quien sufre y los ánimos y el reconocimiento a quienes no cierran los ojos y luchan para que este fenómeno sea algún día una pesadilla que se perdió en el tiempo.


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