El anuncio de que la regata Menorca Maxi no se celebrará en la Isla el próximo año ha supuesto un duro golpe para la economía local, especialmente para la del puerto de Maó.
Con un impacto económico directo cifrado en unos 1.5 millones de euros, la suspensión de la competición dejará un importante agujero en comercios, restaurantes y negocios de Menorca.
El retorno de la primera y segunda edición fue espectacular, calculando el gasto de cruceristas, personas invitadas, acompañantes y medios de comunicación.
La participación creció de 12 a 17 embarcaciones el segundo año -en 2015-, con más de 500 personas trabajando en el evento.
En la primera edición, sin ir más lejos, aparecieron 261 noticias publicadas de la regata en todo el planeta, algo que desde el Consell cifraron en un valor aproximado de 2,8 millones de euros.
Esta decisión de los armadores de la Menorca Maxi ha sido motivada por la imposibilidad de reforzar la regata con las embarcaciones de mayor y menor eslora: J y Mini Maxis, por exigencias del calendario internacional.
Esto ha desatado un cruce de declaraciones entre los partidos que gobiernan el Consell y la oposición: «No han hecho lo suficiente, ni han generado la confianza necesaria para evitar que se cancele un evento de interés internacional», ha explicado Salomé Cabrera, portavoz del PP en la institución.
El Consell asegura que está trabajando para que la regata pueda volver a la Isla en el 2017.
