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Soraya, detenida

Domingo Sanz

Desde una hora indeterminada del día 2 de diciembre, o antes, pero siempre después del 27 de noviembre, hasta, como mínimo, el momento en el que estoy escribiendo esto mientras el reloj marca las nueve horas y cincuenta y tres minutos del día 12 de diciembre de 2015, está detenida nuestra vicepresidenta en la postura exacta que aparece en la imagen, no sabemos si también le han atado los tobillos a las patas de la silla.

En resumen, no menos de nueve días de censura, incompatibles con la democracia en general y con nuestra Constitución en particular. Tal como certifica la pantalla trucada, estamos hablando de la comparecencia oficial ante la prensa tras el último Consejo de Ministros de noviembre. El bloqueo provocado, y/o no reparado, que para la vergüenza que estamos denunciando es lo mismo pues lo conocen de sobra, consigue ocultar un gesto casi pornográfico, en sentido político, con el que celebra una derrota de la minoría suficiente en votos que quiere gobernar Cataluña, conseguida por la minoría suficiente en votos de Rajoy y Soraya que manda absolutamente en España.

¿Cómo se atreve ella a robarnos la secuencia de unos hechos ocurridos durante un acto oficial pagado con nuestros impuestos? No le pedimos a Soraya que someta sus pensamientos a las conveniencias de la política, pero si le exigimos que no impida que los nuestros deduzcan con la libertad a la que tenemos derecho a partir del conocimiento de una realidad que nos pertenece tal como es. ¿Qué título cree Soraya que le asiste para ocultarse de nosotros, ella, la misma mujer a quien no le dolieron las prendas que se quitó para mostrarse al mundo, casi desnuda, en aquella foto?

¿Quién no la recuerda tumbada e insinuante para poblar los sueños inconfesables de ese gran porcentaje de electores que ven  en cualquier mujer, y más si es joven, un trozo de carne caliente con ojos, para que vayan a votar con ese recuerdo, diga lo que diga su demagogia? ¿Acaso cree que somos tan fáciles de engañar como para que pensemos que ella ignora cuáles son las imágenes que cultivan con éxito el cáncer de la violencia machista?

Cambiamos de tema, tan tristes como airados que estamos por la falta de principios de Soraya y de su protegido Mariano, que lleva 32 años, según dicen los que saben, sin dar explicaciones sobre la reserva de su plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola, además de bloquear cualquier investigación sobre la compatibilidad de los ingresos públicos legales que percibió como ministro, con otros dineros, y no me refiero a los que le pudiera entregar don “Luis, se fuerte”. Alguien, él, líder máximo de un partido “serio”, que sale ayer en defensa de dos nuevos sospechosos de lo mismo de siempre entre los suyos, o sea, corrupción con millones de por medio, para que hoy, alguien con un mínimo sentido de la coyuntura electoral allí dentro, lo deje de nuevo con “el culo al aire” y consiga que expedienten a ambos presuntos.

Hablando de equívocos e imágenes, hasta el día de las elecciones los demoscópicos y sus clientes respectivos, los medios de comunicación, seguirán insistiendo en su letra pequeña en llamar fotografía a lo que todos denominamos pronóstico electoral, y ellos lo saben, pues de lo contrario el interés por lo que nos cuentan sería casi nulo. En cambio, a partir de la noche del próximo día 20, unos intentarán olvidar esas “fotos”, tan caras, de las opiniones políticas de la calle y otros, los que se aproximen, nos dirán que fueron los únicos que “pronosticaron” lo que escondían las urnas. Desde el último CIS, y en medio de un marasmo que no justifican unos sondeos que no se distancian tanto, mis oídos han podido escuchar a los diferentes expertos hablar desde un 18% hasta un 52% de indecisos, Jamás escuche que la aritmética simple admitiera tantos resultados posibles.

P.D. Periodista que lea esto, sería un éxito la recuperación y publicación inmediata de ambos momentos estelares de Soraya, el de tanta piel al aire y el del gesto de triunfo. Le advierto que no será tarea fácil, pero creo que ella misma le agradecerá su ayuda, porque no tiene tiempo para los detalles y es ahora cuando nos está vendiendo su mercancía. Y nosotros también, porque queremos saber lo que compramos.


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