@jlgllagues
Es uno más de los veleros que descansan durante el invierno en el puerto de Maó. El “Sir Robert Baden Powell” debe su nombre a una especie de Leonardo de origen británico que falleció en Kenia en 1941 -el primer barón Baden Powell fue actor, pintor, músico, escritor, militar y escritor además de precursor del Movimiento Scout Mundial- y destaca por sus líneas clásicas. No es un barco que enseguida llame la atención, pero sí es uno de los veteranos en la rada del puerto natural más grande del Mediterráneo.
Su capitan es Karsten Börner, un lobo de mar de trato amable que contesta de forma cordial a las preguntas realizadas por Menorcaaldia. De sus palabras se deduce una fascinación por una isla que visita desde hace más de 20 años: “Nuestro barco descansa cada invierno en el puerto de Maó, que para nosotros es el más seguro del Mediterráneo. Somos un buque comercial y tenemos unas buenas condiciones en el muelle de cruceros. Llegamos a Menorca hace 23 años y nos sentimos como en casa. Tenemos un buen apoyo en Menorca y buena relación con los responsables del puerto”.
El “Sir Robert Baden Powell” fue botado en 1957 en la localidad de Magdeburgo. Originalmente fue bautizado como “Robert” y era utilizado como remolcador. Sin embargo, Börner se quedó prendado de su estructura -y de su resistencia- y decidió otorgarle una nueva vida como embarcación de vela. Durante el verano se pueden reservar salidas entre las Balears o a destinos cercanos como Cerdeña o la Costa Azul. Cuenta con siete cabinas y puede albergar a un máximo de 18 personas.
Consultado sobre los mejores emplazamientos de la isla para visitar con barco, Börner explica que “debido a las características de nuestro velero Cala Macarella y Algairens son dos de nuestra bahías favoritas para anclar y pasar una gran jornada. Pero hay otros lugares muy bellos. Menorca es, sin duda alguna, un buen lugar para vivir, tranquilo y hermoso”.
El “Sir Robert Baden Powell” puede ser avistado sin problemas si damos un paseo tranquilo por el puerto de Maó. Aunque está equipado con toda clase de comodidades, no es un velero en el que se viva de forma permanente. Y es que utilizar una embarcación como residencia habitual es algo bastante peculiar que no suele disfrutarse mucho: “Para nosotros Maó es perfecto. He oído que vivir en un pequeño barco en Menorca es una experiencia muy agradable, pero que en los últimos años se ha encarecido bastante”.
Börner y su embarcación ya esperan a la llegada del verano para voler a surcar aguas menorquinas.