Bajo el liderato del menorquín Sergi Llull -máximo encestador de su equipo con 21 puntos, 6 triples-, el Real Madrid ha vencido por 86-90 en la cancha del Brose Baskets alemán. Ha sido un partido de altibajos, donde la veteranía del combinado blanco -una última defensa de Ayón ha sido clave- le ha permitido llevarse la victoria a casa. Y cimentar su camino en la Euroliga, que a partir de ahora estará marcado por muchos partidos fuera de casa.
Y no ha sido una tarea fácil. El equipo madridista comenzó el partido aletargado -quizá con la mente aún puesta en las celebraciones de la reciente Copa del Rey– y los locales no dudaron en aprovechar esa ventaja: con un 12-0 de parcial, el conjunto dirigido por el italiano Andrea Trinchieri acosaba la canasta blanca. Pintaban malas y era el momento perfecto para que emergiera la figura de Llull. El playmaker menorquín firmó los primeros seis puntos de los blancos en el partido y aún tuvo tiempo de marcarse un tercer tiro con bote a lo Stephen Curry en el mismo periodo, demostrando que ha finalizado el periodo de aclimatación necesario tras una lesión. El mejor Llull ya ha llegado.
El primer parcial finalizó 26-23 para los teutones. Y desde ahí comenzó un carrusel de rachas que llevaba a los blancos a ventajas de diez puntos (47-57 tras un inicio de 2-11 al inicio del tercer cuarto) que luego eran contrarrestadas por su rival. El Brose se apoyaba en sus tiradores americanos –Darius Miller y Wanamaker demostraron su nivel- y el Real Madrid intentaba implicar a sus hombres altos en una guerra de guerrillas que no se decidió hasta los instantes finales.
Al final, el conjunto blanco tiró de galones y puede mirar al futuro con optimismo. Tras un inicio de año bastante difícil y lleno de titubeos parece que ahora ha cogido velocidad de crucero. Sin embargo, aún le quedan muchos retos y la perfecta temporada del año pasado ha dejado el listón muy alto.
@jlgllagues