Las cosas sólidas se construyen poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Menorca lleva mucho tiempo construyéndose como destino turístico, y de un tiempo a esta parte, intenta rematar esta construcción yendo más allá del sol y playa, ofreciendo nuevas propuestas que permitan romper con la estacionalidad y prolongar la temporada.
Le falta a la Isla un plan de actuación conjunta a medio plazo que optimice las diferentes acciones individuales que se van llevando a cabo, como el primer Artiem Personal Running Training Camp, que se ha desarrollado estos días en Menorca, con la participación de una veintena de deportistas llegados desde diferentes puntos de España.
Los participantes han tenido la ocasión de entrenar, corriendo y nadando, en bici y en kayak, por diferentes rincones de la Isla, además de disfrutar de las instalaciones de la cadena hotelera que ha promovido la iniciativa, motivando este campus la apertura de un establecimiento de playa en unas fechas muy tempranas -19 de marzo-.
La oferta de Artiem Hotels ha obtenido respuesta con un grupo de huéspedes que ha disfrutado de la experiencia, el buen ambiente, la paz que han encontrado en la Isla, una paz que no se puede concebir en pleno verano, y el trato exquisito que han recibido por parte del personal de la empresa.
Y esa experiencia, que ha sido compartida por diferentes integrantes del grupo en las redes sociales -altavoz privilegiado para cualquier producto y servicio en el siglo XXI-, aporta una visión diferente de lo que es Menorca y de las emociones que se pueden vivir cuando uno viene a disfrutar de la Isla más allá de la época estival.
Menorca necesita muchas iniciativas como ésta, como la también exitosa Mecup, bien enfocadas, bien ejecutadas y bien compartidas, y articuladas, preferentemente de manera conjunta, a fin de que podamos rematar el edificio de la Isla como destino muy especial y diferenciado que atraiga visitantes todo el año.