Este viernes noche, el pregón abrirá los actos principales de las fiestas de Sant Llorenç. Todo está listo,… o casi. El propio Pons Morlà reconocía que tenía bien estructurado el texto de su discurso, aunque horas antes aún no lo había acabado.
El pregón tendrá tres partes; mis recuerdos de infancia, mi carrera profesional y explicaré el amor que le tengo a mi pueblo.
Su vinculación a la música le viene de pequeño y ha sido una constante. Pese a estar jubilado, no deja de trabajar. Algunos de sus últimos cometidos han sido participar de la representación de Carmina Burana de Carl Orff en la Fortaleza de la Mola con el Cor Illa de Menorca o dirigir a tres voces de postín en el concierto lírico que organiza el también alayorense Simón Orfila (esto hace sólo unos días).
El amor por su tierra se descubre en ejemplos como el musical sobre la vida del moro Xoroi o el del Pou de Na Patarrà, dos leyendas del folklore popular que transcurren en el mismo término de Alayor.
Recuerda en sus tiempos de director del Conservatorio que el nivel musical de muchos alumnos menorquines destacaba por su buen nivel, incluso por encima de otros estudiantes de otros países. Sin embargo, el futuro profesional de un músico en Menorca es muy limitado, reconoce el maestro. Así, en relación al debate de la gestión de entidades como la Orquesta de Cámara de Menorca, Pons Morlà cree que cualquier agrupación musical deberá estar conformada por un número de miembros acorde con las posibilidades de la isla, entendiendo que está condicionada al gran coste que supone mantenerla en activo.
