El Departamento de Inspección Educativa de la conselleria de Educación del Govern ha elaborado en los últimos días diferentes informes sobre los hechos que tuvieron lugar el día 5 de octubre en un centro de infantil y primaria de la barriada de Son Roca, en Palma, donde un grupo de niños menores de 14 años propinó una paliza a una niña de ochó años que posteriormente fue ingresada en el hospital Son Espases.
Los inspectores explican en su informe que el miércoles 5 de octubre se produjo un incidente al finalizar el tiempo de patio de los alumnos. Según las informaciones recogidas, la alumna había sufrido una presunta agresión en la que habrían participado alumnos de diferentes cursos en el momento de finalizar el tiempo de patio (sobre las 12.00 horas). Un grupo de alumnos habrían estado jugando a fútbol y la alumna agredida habría formado parte de uno de los dos equipos, concretamente del equipo que habría ganado el partido, formado por alumnos de 4º, 5º y 6º de EP. El otro equipo estaría formato, mayoritariamente, por alumnos de 3º, 4º y 5º de EP. Al finalizar el patio la alumna habría cogido la pelota. Alumnos del equipo contrario, que habrían perdido el partido, corrieron detrás de la niña hasta que la pillaron. La niña habría caído al suelo, presuntamente empujada por alguno o algunos de los alumnos, iniciándose un forcejeo. Todos estos hechos habrían sucedido en un espacio de tiempo inferior a un minuto.
Después de los incidentes la niña continuó las clases con normalidad y ni la tutora ni otros profesores, que la vieron entre las 12 y las 14 horas, observaron ninguna secuela física que hiciera evidente que la alumna necesitaba de asistencia médica ni siquiera del botiquín del centro. Sólo mostraba “unas pequeñas marcas en el codo y en la pierna, compatibles con la caída al suelo, caída motivada posiblemente por el forcejeo al disputarse la posesión de la pelota que ella tenía aferrada muy intensamente”.
Por otra parte, desde la conselleria también apuntan que el equipo directivo estuvo pendiente de la evolución de la niña en todo momento y desde el instante en que se tuvo noticia del ingreso hospitalario, el mismo día de los hechos, la directora, la jefe de estudios y el secretario la visitaron el hospital, hablaron con la niña y con los padres, preocupándose por su estado y poniéndose a disposición de la familia para lo que pudieran necesitar.
Desde la inspección se explica que “en ningún momento se detectó en los alumnos intención previa de agredir a la alumna sino un acto no premeditado para quitarle la pelota, lo cual no los exime de una conducta gravemente perjudicial para la convivencia del centro”.
Se constata que había dos profesoras en el patio, tal y cómo establecen las instrucciones de organización y funcionamiento de las escuelas para el curso 2016/17. Aun así, desde Inspección, conscientes de que el riesgo cero no existe, se recomienda que para evitar este tipo de situaciones, la Conselleria de Educación y Universidad “tiene que estudiar la conveniencia de aumentar el número de maestros para la vigilancia de los alumnos al patio, que tendría que pasar a tres en los centros de una línea“.
Siete alumnos implicados
En total, se establece que había 7 alumnos implicados: dos alumnos de 8 años, un alumno de 9 años, uno de 10, dos de 11 años y uno de 12 años.
Se concluye que uno de los alumnos habría empujado a la alumna como consecuencia de lo cual habría caído al suelo y habría continuado un forcejeo por la posesión de la pelota. Otro alumno se habría añadido al forcejeo y un tercero empujado involuntariamente por una alumna, empujada también por otro cayeron todos sobre la niña que retenía la pelota. Otros dos alumnos se tiraron sobre la niña también para quitarle la pelota. En el forcejeo, uno de ellos habría pegado alguna patada a la alumna sin determinar si eran al grupo de niños, a la niña o la pelota, una vez en el suelo.
Según el Decreto 121/2010, de 10 de diciembre, por el cual se establecen los derechos y deberes de los alumnos y las normas de convivencia en los centros docentes no universitarios sostenidos con fondos públicos de las Illes Balears, la dirección del colegio decide que los hechos producidos tendrían la consideración de conductas gravemente perjudiciales para la convivencia en el centro (arte. 57). Concretamente, los puntos a) La agresión física a cualquier miembro de la comunidad educativa y c) La provocación de altercados o conductas agresivas que impliquen un riesgo grave de provocar lesiones o la participación en estos.
De tres a cinco días sin clase
Según el mismo decreto, la dirección del centro ha decidido que los alumnos con participación más activa en los hechos, por haberlos iniciado o por haber participado de manera más violenta (2 alumnos de 8 años y 1 de 9 años), sean suspendidos del derecho a asistencia a clase durante un periodo de 5 días. Además se propone igual corrección para los dos alumnos de más edad, 11 y 12 años, al considerar que se tiene que tener en cuenta la diferencia de edad con la alumna y que como los alumnos de mayor edad no sólo no tendrían que haber participado en los hechos sino que tendrían que haber mediado para que no se produjera ningún hecho violento. Los dos alumnos restantes, de 10 y 11 años, debido a su participación menos activa y violenta en los hechos, serán suspendidos del derecho de asistencia al centro durante un periodo de 3 días.
Independientemente de estas medidas y con el fin de potenciar el carácter educativo y recuperador implícito en cualquier medida correctora, todos los alumnos que han participado, en las próximas semanas, en el tiempo de patio, tendrán que participar en unas actividades encaminadas a trabajar las normas de juego y de respecto a los compañeros, que serán supervisadas y coordinadas por la jefe de estudios y sus tutores de clase. También se considera necesario hacer unos talleres coordinados por el Instituto para la Convivencia y el Éxito Educativo (Convivèxit) para evitar la violencia y mejorar la convivencia en el centro.
Los alumnos han reconocido su participación en los hechos y “se muestran muy arrepentidos de su intervención en estos“. Así lo quieren hacer saber a su compañera, por lo cual le están escribiendo una carta para que se recupere pronto y vuelva a clase para continuar jugando al fútbol con ellos.
El protocolo sobre incidentes graves en el centro se inició el 6 de octubre y este mismo día ya se comunicó a los padres de los alumnos presuntamente participantes en los hechos ocurridos, que en los siguientes días se harían las investigaciones oportunas para esclarecer los hechos y adoptar, en su caso, las correspondientes medidas correctoras. Aún así, el proceso se ha visto interferido por el ajetreo mediático, por la necesidad de atender a todos los padres preocupados por el impacto de la noticia. El mismo día 6 la familia de la alumna fue informada de las actuaciones que se llevaban a cabo y en los días siguientes las hermanas de la alumna fueron recibidas en el centro para informarlas del proceso.
El informe de Inspección descarta completamente que se trate de un caso de bullying y constata que se trata de una alumna integrada en el centro, muy estimada tanto por alumnos cómo por profesores y con una evolución académica positiva.
La familia ha solicitado un cambio de centro, a pesar de que tanto desde el centro como desde la Conselleria de Educación y Universidad han manifestado su voluntad de que la familia reconsidere su decisión puesto que es una alumna muy estimada en el centro. A pesar de todo, la Conselleria atenderá la demanda de cambio de la familia, si deciden continuar con la solicitud de cambio.