Algunos residentes nos han hecho llegar imágenes en las que se ve que ni siquiera una persona con el paraguas abierto puede pasar por la acera sin chocar contra la farola.
Las obras aún no están acabadas y, en una parte de la urbanización, entre la acera y la calzada queda todavía el hueco abierto para canalizar la instalación eléctrica, ahora cubierto de restos de hojas caídas de los árboles, lo que dificulta aún más la circulación de las personas con movilidad reducida.
