El detenido suponía «una clara amenaza para la seguridad nacional dado que se servía de plataformas virtuales y de comunicaciones para convencer activamente a objetivos vulnerables previamente seleccionados por él», en un doble sentido.
Por un lado emitía un mensaje radicalizador muy contundente, dirigido a la captación de nuevos aspirantes a la yihad sirio-iraquí, promoviendo, alentando y facilitando su viaje hasta la zona de conflicto para su posterior integración en las filas de Daesh.
Por otro, en grupos más reducidos y ante una audiencia muy seleccionada, el detenido dirigía sus esfuerzos a facilitar la comisión de acciones terroristas en territorio español y en otros países europeos.
