De igual modo que el Puente de las Artes de París, esta valla menorquina se está llenando de candados. Cabe recordar que en el caso de la Ciudad de la luz, la tradición indica que hay que cerrar el candado y lanzar la llave al mar. Debido a la cantidad de cierres que hay en ese puente las autoridades tuvieron que retirar una gran cantidad para aligerar el peso que estaba soportando de más la estructura del puente. parisino. Quién sabe si en un futuro cercano la plaza Miranda se convertirá en todo un símbolo del amor isleño.
Habrá que ver si en las próximas semanas esta moda sigue adelante o simplemente fue algo pasajero que deja como recuerdo una docena de cierres metálicos engarzados a la reja protectora.
