Les juro estimados lectores que me he mordido la lengua con el tema de los nombramientos de las administraciones durante semanas. Pero yo ya no puedo más. Ver este viernes la designación de Francisco Fernández Terrés como nuevo gerente del SITIBSA ha sido la gota que ha derramado el vaso. Un recipiente que antes llenaron otros nombres ilustres como José Ramón Bauzá (senador) , Alejandro Sanz (ayudante del senador), Lorenzo Cardona (cargo de confianza en Alaior), Antoni Gómez Arbona (gerente del IB-Salut) o Joan Marquès (delegado de Educació).
Vaya por delante mi franca simpatía por muchos de ellos, del mismo modo que creo firmemente en la valía profesional de algunos para el cargo. No obstante, todos y cada uno de estos nombramientos no dejan de causarme un profundo rechazo, sentimiento que se comparte a poco que saques el tema por la calle, en un bar, etcétera.
Tampoco se puede poner en duda la legalidad de estas designaciones. Quizás la de Cardona, o al menos así lo ven desde Junts per Lô. Pero estéticamente todos estos nombres son una mancha para sus respectivos partidos reforzando la idea del “político profesional” o “casta” que la sociedad actual intenta desterrar.
Todos los nombres expuestos disponen de una amplia experiencia política (innegable) adquirida a base de numerosos cargos electos o de asesoría a cuenta del erario público. En algunos casos se trata de auténticos “históricos” de sus formaciones. Alguno de ellos ya era cargo electo en la década de los 80.
En una sociedad que cada vez apuesta más por formaciones política nuevas debido a las ganas de encontrar otro estilo de gobernar sorprende que se tenga que seguir echando mano de caras del pasado para ir hacia el futuro.
Los partidos políticos tienen en la experiencia una gran base para apoyar a quienes deben gestionar la realidad actual, pero eternizarse en política y en cargos institucionales no acostumbra a augurar nada bueno para el mañana de la entidad.
Hace unos años se entonó en una manifestación en Menorca contra las políticas del PP la canción de “L’Estaca” por parte de los asistentes. Ya advertí en ese momento que había un problema grave si un himno de la lucha contra la dictadura de Franco seguía vigente pues implicaba que o los problemas de entonces seguían vigentes o que la sociedad actual carecía del empuje para escribir sus propios canciones de guerra. Con las personas pasa lo mismo. Algunas son perfectas para estar en segundo plano o tenerlas como un recuerdo o referente anterior, pero si se mantienen como las cabezas visibles de un proyecto que no nos vendan ningún tipo de renovación de ideas o de personas.
Y ya no entró en el nombramiento de un joven de 20 años para el IB-Salut con la única experiencia de ser el número 3 de la lista socialista a Santanyí porque ya lo trata en su artículo mi compañera Lola Maiques. Si aún no lo han leído…ya tardan.
Medio ambiente del consell insular. Dos funcionarios, dos directores insulares y un conseller
Em sap greu contradir-te però la informació q dones és falsa, el Departament té més de 50 treballadors. La demagogia sempre és nefasta vingui de qui vingui.