Su estado de preservación y su carácter rural y “salvaje“, una oferta menor de tiendas y restaurantes pretenciosos y las posibilidades para practicar actividades al aire libre, entre ellas cabalgar por el “espléndido” Camí de Cavalls, son las razones por las que “The New York Times” ha definido a Menorca como el “antídoto ibicenco”. El artículo, firmado por Alexander Lobrano e ilustrado con fotografías de Txema Salvans, atribuye al hecho de que la dictadura franquista dejará la Isla al margen de su política de infraestructuras públicas como castigo a su lealtad a la causa republicana, el que Menorca haya permanecido “salvaje, más o menos a salvo de la modernización”.
Aunque el artículo arranca con una explicación que un barman de la Cova d’en Xoroi resume en “el regalo de Franco”, Lobrano destaca que la vida nocturna casi no existe en la Isla pero, a cambio, se pueden encontrar genuinos productos locales- queso, aceite de oliva, vino, abarcas- y amplios espacios abiertos, playas de arena blanca y dunas como las de las más famosa isla española -Ibiza- pero sin música electrónica y fiestas hasta el amanecer. Finaliza el NYT compartiendo algunos de sus sitios favoritos en la Isla, entre ellos Torralbenc, Cas Ferre de sa Font, Ses Forquilles, Cova d’en Xoroi, La Reina Bar, La Cereria y Sa Llagosta.
En fin…. se dicen muchas tonterías y mucha de esta información habría que comprobarla antes de escribirla. Encontrar una playa vacía en Menorca en mitad del verano (agosto) és una solemne barbaridad. Hacía tiempo que no escuchaba una tontería tan grande. Del mismo modo es otra tonteria solemne o una información totalmente falsa que en la Cova d’en Xoroi se tome ningún aperitivo, solo se sirven bebidas. He llamado expresamente para comprobar que era falso y así me lo han confirmado. En fin, lo dejo ya, pero podría seguir en la misma línea un buen rato más. El artículo no tiene desperdicio.