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‘Chapeau’ para Dichamp en el cierre del Festival de Ciutadella

Propuso al público un viaje interior a través de dos conexiones pianísticas entre obras y compositores barrocos y románticos

Jean-François Dichamp. 43 Festival de Música d'Estiu Ciutadella. 17 agost 2015. Foto Rafa Raga
Jean-François Dichamp. 43 Festival de Música d'Estiu Ciutadella. 17 agost 2015. Foto Rafa Raga

Con un concierto en el que el pianista francés Jean-François Dichamp fue más allá del virtuosismo, en una demostración de su capacidad y habilidad técnica conjugada a la perfección con una sensibilidad capaz de proyectar unos juegos espectaculares con las manos y de conectar permanentemente con el público durante la velada, el 43º Festival de Música d’Estiu de Ciutadella llegó a su final, en la noche de este lunes 17 de agosto en el Claustre del Seminari.

Jean-François Dichamp durante su concierto en el Claustre del Seminari. Fotos: Rafa Raga.
Jean-François Dichamp durante su concierto en el Claustre del Seminari. Fotos: Rafa Raga.

Esta guinda de ‘chapeau’ para Dichamp fue un brillante colofón a la serie de seis conciertos que este año, desde el 9 de julio con Marco Mezquida y Suso González con piano a cuatro manos y con las voces de la Capella Davídica y hasta este 17 de agosto, han integrado este ya clásico acontecimiento del verano en la isla organizado por Joventuts Musicals de Ciutadella.

Con la expresa solicitud al inicio del concierto de que el público no aplaudiera al final de cada pieza sino cuando acabara cada una de las dos partes, Jean-François Dichamp propuso un viaje interior a los espectadores, buscando enlazar la estética de las obras y a través de establecer dos conexiones entre obras y compositores barrocos y románticos, entre Rameau y Chopin en la primera parte y entre Liszt y Bach en la segunda.

Así, en el inicio, Dichamp conectó las siete danzas integradas en la suite ‘Premier Livre de Piècies de Clavecin’ del barroco Rameau con cuatro piezas breves del romántico Chopin, la primera de ellas una ‘Balada’, y que hizo las funciones de perfecto enlace al no notarse en demasía que pasaba de uno a otro compositor.

Fotos: Rafa Raga.
Fotos: Rafa Raga.

Y la segunda conexión la comenzó con el romántico Liszt y su ‘Pensée des morts’, acabando con la ‘Ciaccona’ de la ‘Partita nº 2 para violín’ del barroco Bach, aunque en este caso quitándole su parte más ‘academicista’ para llevarlo a un terreno más poético y romántico a través de la interpretación de la adaptación de esta pieza que realizó Busoni para piano.

Al final fueron dos los bises que Jean-François Dichamp regaló al público para despedir su concierto y el Festival, con dos temas de Chopin que no había tocado durante su actuación: uno de sus estudios póstumos y el último de los 24 preludios que integran su ciclo ‘Preludios’, cada uno dedicado a comunicar una idea o sentimiento diferente, interpretándolo en ‘Allegro apassionato’. Un buen final.


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