La propuesta para declarar la emergencia climática en Menorca, presentada por la consellera de Medi Ambient, Maite Salord, será llevada al pleno de la institución insular el próximo 23 de septiembre para su aprobación. El objetivo no es otro que el de asumir la gravedad de la situación y poner en marcha políticas activas para hacer frente.
El escrito de la propuesta destaca algunos de los datos más relevantes sobre el empeoramiento de la crisis climática tanto a escala mundial como insular. Expone las consecuencias previstas y presenta diferentes medidas a adoptar vinculadas con los proyectos que desde el Consell Insular se impulsan para paliar los efectos de la crisis climática y el desarrollo sostenible.
Entre los datos que aporta la propuesta está el último informe especial del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC-2018), elaborado por 91 Científicos de 44 países diferentes, que destaca el aumento medio de 1°C de la temperatura mundial desde 1880 y las posibles consecuencias de un aumento por encima de los 1,5°C, ya considerado inevitable. Las consecuencias de un calentamiento global de 1°C ya se evidencian: condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y una disminución del hielo en el Ártico, entre otros cambios.
No llegar a los 2°C podría evitar la desaparición de los arrecifes marinos, el deshielo del Ártico o la elevación del mar por encima de los 10 cm.
En el ámbito insular, el documento de propuesta destaca el estudio elaborado este año por el Laboratorio Interdisciplinario de Cambio Climático de la Universitat de les Illes Balears con título “El cambio climático en Menorca. Sobre los cambios observados y previstos, los impactos y la necesidad de emprender la transición energética “. El estudio alerta de que el aumento de temperaturas en la isla ha sido superior a la media mundial, de entre 1,5 y 1,75 ° C de mínima y máxima en los últimos 40 años. La proyección que hace es pesimista si no se redujeran los niveles actuales de emisiones, que podría suponer un aumento de entre 3 y 5°C entre 2010 y 2100.
Entre los impactos previstos ante este escenario el informe prevé grandes pérdidas en la biodiversidad en la isla, una reducción de entre el 10 y el 20% de la lluvia anual o el aumento de las olas de calor. Todo esto tendría afectación en el sector agrícola, pesquero y turístico. Por ello, los autores concluyen que es necesario y urgente emprender la transición energética en Menorca.
Entre los diferentes proyectos que buscarán abordar la transición energética en la isla y la limitación de las consecuencias del cambio climático, la declaración destaca que velará por el cumplimiento de los objetivos propuestos en el Plan de Acción de la Reserva de Biosfera de Menorca (2018- 2025), el Pacte Batlles y Batlleses pel Clima y la energía y el plan de descarbonización Estrategia Menorca 2030. Los tres planes fijan un horizonte de futuro sostenible en Menorca que pasa por mejorar en la eficiencia en el uso del agua y la energía, la reducción de emisiones GEI (Gases de efecto Invernadero) causantes del cambio climático y de generación de residuos, y la penetración de las renovables en generación, movilidad y edificación.