La apreciación de que la naturaleza había tomado las calles o espacios vacíos de humanos en el tiempo del confinamiento también se ha dado en el fondo marino. Los pescadores que han vuelto a la faena constatan que las especies que habitualmente se pescan están en unas cotas óptimas para su pesca. Aunque lo que falla es la salida que puedan tener estos productos en el mercado. Sin una temporada turística regular, tampoco hay tantos consumidores que pidan el producto.
Uno de los casos más claros es el de la langosta. Producto estrella en el plato en la isla se encuentra con la paradoja de que, ahora que hay tanta langosta, no conviene pescarla como otros años porque falta demanda.
El presidente de la cofradía de Fornells, Richard Riera, explicaba este viernes en Radio Menorca que el año pasado por estas fechas habían pescado ya unos 6.000 kilos y que ahora llevan poco más de 2.000.
Sin embargo, la recuperación natural del fondo pesquero de la zona así como la previsión de cara a la temporada 2021 se ve como muy prometedora puesto que todos los ejemplares que este año no se pesquen son garantía de proliferación de la especie de cara al próximo año.
Eso mismo sucede con el resto de las especies susceptibles de ir a la red. Hay restaurantes y algunos profesionales del medio que tienen viveros, aunque su capacidad es limitada y ya están llenos. Mientras dure la temporada se seguirá pescando langosta aunque siempre de manera que se pueda garantizar su venta. Si no hay salida comercial, no tiene sentido pescarla y sería un agravio medio ambiental y una pérdida económica para los pescadores.
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