A quien le gusta buscar setas en Menorca, este año le está resultando un verdadero reto. Es habitual que para Todos los Santos el campo menorquín luzca ya ejemplares de esclatasangs (níscalos), gírgolas (seta de ostra), cama-seques (senderuela), pero el grado de humedad de la tierra, no el ambiental, no ha permitido que salgan a la luz muchos de estos hongos.
El elemento meteorológico es crucial y así mismo es irregular. Mientras que en zonas del centro insular con mayor densidad de bosque es posible hallar ejemplares, en otras zonas donde ha llovido menos, no. Y también se podría responsabilizar al cambio climático, si bien no hay estudios que lo relacionen.
Los más de 300 ejemplares que destaca la guía de Setas de Menorca editada por el Institut Menorquí de Estudis a cargo de Guillem Mir, Cristofol Mascaró y Josep Lluís Melis da una pista de que hay una variedad importante de especies en la isla. De hecho, destacan estos ejemplares sobre un montante que quizás triplica ese número y que no están en ese libro. Aún así, las especies conocidas por los aficionados y que tienen como destino la cocina son muchos menos.
Las salidas al campo de quienes disfrutan buscando siguen realizándose pese a ser (dicho por algunos) un año malo. No hay que olvidar que se pueden encontrar ejemplares más allá de noviembre y que, aunque no consuele a los buscadores, hay empresas que se han especializado en estos últimos años en producir en espacios acondicionados con atmósferas adecuadas la reproducción de las especies más comerciales, no siempre autóctonas.
Además de su sabor, las setas en su conjunto tienen otras muchas propiedades nutritivas beneficiosas para la salud. Son un alimento ideal y apto para la mayoría de las personas. También son ricas en hierro, fósforo, yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc, vitaminas A, y vitaminas del grupo B (concretamente B1, B2, B3) C y D. Se trata de un alimento rico en agua, sin grasa, con proteínas de alta calidad y fibra, en definitiva, un alimento muy saludable. Es fundamental escoger bien ante tanta variedad puesto que también las hay que no son comestibles, tóxicas e incluso alucinógenas.
La seta lleva las esporas, que cuando maduran y se desprenden dan lugar a nuevos hongos. El micelio se forma al desprenderse y germinar la espora. Será necesario que dos esporas de distinto signo se junten para comenzar la formación del micelio.
Las setas pueden llegar a desprender miles de millones de esporas, aunque la mayoría no llegará a germinar nunca, por no encontrar las condiciones adecuadas. Entre estas condiciones influye mucho la humedad pero también el entorno vegetal y su riqueza (riqueza mineral del suelo).
