Es fácil pensar que una cesta de Navidad debe tener productos muy navideños y cuyo destino sea el hacernos estas fiestas más agradables. Esto se traduce en la búsqueda de elementos que deben cumplir con algunos requisitos; que sean de la tradición navideña, que sean de calidad (productos gourmet) y que se puedan compartir en la mesa para todos los comensales.
En cuanto a la combinación de qué productos se escogen, la variedad es muy amplia. Hay cestas que se confeccionan para todos los bolsillos y sin necesidad de salirse de estas premisas que hemos indicado. Así, el consumidor puede ajustar presupuesto y sus propios gustos a la hora de comprar o confeccionar el contenido de su cesta.
Es un error irse a los extremos a la hora de hacer esta confección de la cesta. A veces pensamos que debemos buscar lo más exclusivo y se nos dispara el presupuesto con facilidad. O bien pensamos que hay que buscar lo más exótico y nos olvidamos de los productos locales cercanos que tienen su merecido lugar en estas cestas. De la misma manera, tampoco sirve demonizar las propuestas delicatessen que llegan de fuera de la isla, puesto que si tienen cabida en nuestros platos, sin duda, es en ocasiones como ésta.
Vamos a buscar un cierto equilibrio con algunas sugerencias que nunca fallan:
El turrón. Desde nuestro cuscussó hasta el tradicional turrón con denominación Jijona. La gama de turrones se ha hecho tan grande que no deberíamos olvidar que el original de almendra es el verdadero. Sucedáneos de chocolate pueden ser válidos para completar, aunque no deberían nunca sustituir la presencia del original. En el mercado hay muchos sustitutos que tienen una porción mayor de azúcar que no de otros ingredientes, abaratando el precio pero restando claramente calidad y genuidad al turrón navideño.
Mazapanes, polvorones, alfajores y mantecados. De la misma manera que los turrones, podemos buscar y escoger calidades, reconocibles al leer con detenimiento la etiqueta de ingredientes.
Jamón serrano y embutidos. Tenemos una gran gama de embutidos en Menorca que merecen su lugar en esta cesta. La sobrasada que no falte. En la gama de calidades del jamón serrano podemos disfrutar de mucha gama. Aunque la presencia visual de la pieza entera (jamón o paletilla) llena mucho, es más cómodo incluirlo ya cortado y listo para empatar.
Queso. Aquí de nuevo proponemos escoger queso de Menorca. A los que les gusta el queso apreciarán que haya variedad y en este sentido vale la pena recordar que desde la diferente tipología de quesos por su curación hasta la variedad de sugerencias que incluyen aromas a hierbas o especias, hay mucho que aportar.
Vinos y cavas. La presencia de alcohol debe ser limitada y por eso recomendamos que se escoja calidad. Un buen vino y un buen cava (si consultamos en cualquier tienda Gourmet nos ayudarán a escoger) es una buena elección y, de nuevo, tenemos caldos locales dignos de añadir a nuestra cesta. Las bodegas de Menorca apuestan por la calidad (frente a la cantidad) y por eso merece la pena incluir alguna de las varias propuestas que hay en Menorca dentro de esta selección.
Aceite de oliva. Se estila la incorporación de elementos que aportan calidad a cualquier plato, como es el aceite de oliva virgen extra. Porque es sinónimo de nuestra cultura gastronómica mediterránea y porque cualquier nutricionista nos los destacará como un elemento básico de nuestros platos. Una vez más tenemos que considerar que este aceite sea de Menorca. Existen productores que destilan de sus olivos un producto de primera.
Completar la cesta: Podemos poner cualquier otra cosa para completar esta propuesta de mínimos aunque no deberíamos sobrecargar con alimentos que no sepamos si van a gustar o no a nuestros invitados. Lo peor que puede ocurrir es que al final nadie se los coma.
Con una buena cesta, sin duda habrá felices fiestas.
