La Luna volverá a eclipsarse por completo la madrugada de mañana lunes, 16 de mayo, un fenómeno astronómico que será visible en gran parte del mundo (en la mayor parte de Europa, África y América), aunque las nubes dificultarán en muchos lugares la contemplación.
A las 2:28 horas GMT de la próxima madrugada (las 4:28 en la Península), la sombra de la Tierra empezará a ensombrecer la Luna y una hora después (a las 3:29 GMT) comenzará el eclipse total, que se prolongará hasta las 4:54 GMT de la madrugada, y a las 5:55 horas (las 7:55 en la Península) el satélite recuperará todo su esplendor tras uno de los eclipses más largos de las últimas décadas.
Las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) apuntan que a esa hora las nubes ocuparán gran parte del cielo en muchos lugares en la Península y en el archipiélago balear, pero sí será el cielo un aliado perfecto para contemplar el eclipse en el archipiélago canario.
En el noroeste peninsular y en las Islas Baleares la Luna se ocultará sobre el horizonte antes de que finalice el eclipse total, por lo que sólo se verá el comienzo de esa fase, pero en el resto de la Península, en Ceuta, Melilla y en Canarias se verá, si las nubes lo permiten, la fase total íntegra.
Durante el tiempo que dure el eclipse total la Luna no estará totalmente oscura sino que adquirirá un tono rojizo debido a que parte de la luz solar será desviada por la atmósfera terrestre.
A diferencia de los eclipses de sol, la observación de un eclipse lunar se puede hacer a simple vista, porque no requiere instrumentación especial para contemplarlo ni entraña ningún peligro.
Aunque es el único astro al que ha llegado una misión tripulada, la Luna esconde todavía muchos secretos, y entre ellos por qué son tan diferentes la cara visible y la cara oculta; incógnitas y desafíos que han reactivado el interés de varias agencias espaciales por regresar al satélite y por escudriñar misterios sobre su formación y su historia.
Y los eclipses totales suponen una ocasión para que los científicos profundicen en el conocimiento del satélite de la Tierra y traten de comprender mejor los complejos eventos que tuvieron lugar durante la formación del Sistema Solar, o para determinar algunos parámetros fundamentales, como el diámetro de la Luna o la distancia exacta a la que se encuentra.
Precisamente, el color rojizo que adquiere durante la fase de totalidad permite medir propiedades de la atmósfera de la Tierra, y el menor brillo de la Luna -a pesar de estar en fase llena- facilita las medidas que se realizan rebotando un rayo láser en la superficie de la Luna y permite medir el tiempo que tarda la luz en regresar a la Tierra.
Además de en España, varias instituciones científicas y agencias espaciales han programado eventos especiales con motivo de este evento astronómico y para divulgar algunos de los aspectos y proyectos científicos más relevantes de la exploración lunar, entre los que destaca el programa Artemis -que lidera la NASA- para volver a la Luna con misiones tripuladas.
Un fenómeno astronómico como el de la próxima madrugada volverá a repetirse en algunas regiones del mundo el próximo 8 de noviembre, pero en España no se producirá un evento similar hasta el 14 de mayo de 2025. EFE