Como es habitual cada sábado por la mañana durante la Cuaresma, la aparición en la calle de S’Avia Corema reúne a una multitud de familias. Los más pequeños no dejan pasar la ocasión de ver a esta abuela que tiene 7 pies y cada semana pierde uno ante el regocijo de todos los asistentes.
Este sábado S’Avia Corema ha llegado hasta el Claustre del Carme y ha perdido su segundo pie. Los niños y niñas continúan regando los árboles ‘caramel·lers’ para que estén bien surtidos durante la fiesta final que tendrá lugar el próximo 27 de febrero.
… usar la palabra “regocijo” para calificar el sentimiento de unos niños que son engañados con dulces para que se acerquen a presenciar la ejecución pública de un pie, arrancado de manera inmisericorde de una pobre anciana a la que torturan cada semana, me parece un despropósito… parecemos una sociedad donde reina la barbarie, con nuestro ISIS particular, necesitado de público para sus escatológicos actos de fe, de una confesión religiosa desesperada por impresionar a las nuevas generaciones, a las que enreda con caramelos… penoso… y que las autoridades públicas de un estado aconfesional les rían las gracias, aún peor… zafios…