Ya se están sacando cuentas de cómo ha ido el programa de actos de celebración de los 30 años de la entidad. Entre los más de cuatro mil visitantes a la exposición que hace un recorrido vital sobre la persona de Fernando Rubió i Tudurí, se suman los casi ochenta actos que se han venido desarrollando a lo largo de este último año.
Según Hipólito Mercadal, ha sido éste un año especial y ahora toca volver a la senda de la normalidad fijando otro tipo de objetivos. Uno de los que tiene más marcado es el de cumplir o hacer cumplir uno de los deseos que tuvo en vida el mecenas y es que la Fundación tuviera una sede propia con capacidad para desarrollar sus actividades. Se precisaría una sala que albergara diferentes tipos de actos, con carácter multifuncional.
Hasta el momento los espacios propios de la Fundación son limitados. Por un lado está la finca de Mongofre que actualmente está alquilada. Eso le permite a la contabilidad de la Fundación a mantenerse con signo positivo. Por otro lado está la biblioteca que hay en el marco del Claustro del Carme. Aunque su espacio es limitado para según qué actos.
Mercadal ha comentado que han buscado algunas referencias pero nada ha trascendido de si hay o no una ubicación predilecta. Lo que es seguro es que a día de hoy no hay aún nada decidido, excepto la voluntad de encontrar en el futuro un espacio que cumpla con las pretensiones de la Fundación.