“La posible recuperación natural de las poblaciones de nacra (Pinna nobilis) dependerá de la dispersión de las larvas pelágicas viajando por la columna de agua desde sitios no afectados o resistentes y de la posible recolonización mediante el reclutamiento de juveniles resistentes“, según un estudio internacional en el que participa el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de la Universidad de las Illes Balears (UIB).
Un evento de mortalidad masiva (MME) devastador, muy probablemente causado por el protozoo Haplosporidium pinnae, está llevando al bivalvo endémico Pinna nobilis al borde de la extinción. La mortalidad fue detectada por primera vez en 2016 en el Mediterráneo Occidental, y desde entonces se ha dispersado por toda la cuenca mediterránea.
Para evaluar el impacto del MME en el reclutamiento larvario de la especie “se implementó una red sin precedentes de estaciones recolectoras de larvas formada por voluntarios, a lo largo de varios miles de kilómetros de costas del Mediterráneo Occidental, durante los 3 años posteriores al inicio del MME”.
Los hallazgos de esta red mostraron una interrupción generalizada en el reclutamiento con consecuencias dramáticas para la recuperación de la especie. Así, “en las islas Baleares, durante los años posteriores al evento de mortalidad, sólo se ha detectado 1 recluta de nacra en 2018, en Son Saura, Menorca”.
Pero se “han encontrado excepciones a este patrón de no reclutamiento, con reclutas registrados en sitios donde la población residente había sido diezmada, como es el caso de Columbretes. Es el único sitio del litoral español donde se ha observado reclutamiento anual después del evento, indicando la importancia de las poblaciones no afectadas como fuentes exportadoras de larvas y el papel de las corrientes oceanográficas en el transporte de larvas en la zona (gracias a los modelos de corrientes del SOCIB para predecir la procedencia de las larvas/reclutas), probablemente procedentes de las poblaciones todavía existentes de delta de Ebro y de la costa africana”.
Esta llegada de reclutas representa “un rayo de esperanza en el actual escenario sumamente preocupante para esta especie emblemática, en contraste con lo que sucede en la costa africana, donde en Argelia el reclutamiento parece no estar afectado, aunque se teme que la mortalidad también llegará a sus costas”.