Me resulta inevitable escribir sobre el anuncio del viernes pasado, 12 de marzo, sobre las ayudas directas a las empresas que el Gobierno ha aprobado en el consejo de ministros y el importe destinado a Baleares de casi 1.000 millones de euros.
Lo primero que me viene a la cabeza es la idea de que una vez más todo lo hacemos tarde y mal. En una entrevista de una TV local explique hace un año que los préstamos ICOS no iban a ser suficientes y que una crisis como las que estábamos atravesando precisaba de ayudas directas a las empresas. Honestamente he de reconocer que cuando lo explicaba también pensaba si no estaría diciendo alguna tontería dado que en la historia de España jamás se había recurrido a un tipo de medida de este estilo. Posteriormente varios países del mundo fueron adoptando este tipo de estrategias como fue el caso de nuestra vecina Alemania o el caso más lejano de Nueva Zelanda. España decidió que sus principales herramientas tenían que ser los avales a los bancos para que estos financiaran a las empresas y los ERTES. Ahora tenemos las empresas excesivamente endeudadas y los ERTES prorrogados varias veces y todavía activos, cuando debían ser mecanismos temporales y siendo lo más probable que muchos de ellos se conviertan en ERES, aunque eso aún está por llegar. Personalmente hubiera preferido que hubieran llegado ayudas directas a las empresas mucho antes.
Los empresarios de las Islas Baleares esperamos esta semana disponer de más información sobre cómo acceder a estas ayudas, si bien les puedo anticipar que hasta que lleguen a las cuentas corrientes podemos esperar, como mínimo, dos meses. Durante este proceso lo que me gustaría que ocurriese es que los bancos pudieran anticipar esta liquidez siempre que la empresa pueda confirmar que cumple los requisitos. Personalmente estoy expectante y pendiente de ir siguiendo la evolución de la información para de esta manera ser capaz de incorporar previsiones de tesorería a nuestras empresas y clientes.
De cualquier forma y centrándome en el futuro creo que el pasado viernes fue un día que marcó un antes y después en esta agónica crisis por dos principales noticias, la primera que las empresas y autónomos de Baleares recibirán ayudas directas no retornables y luego el anuncio de que Alemania levantó el veto de Baleares lo que hizo arrancar la maquinaria de la industria turística emisora de forma inmediata. Todo esto acompañado con datos positivos respecto a la evolución positiva de las cifras de la pandemia y con la inminente apertura de los interiores de los restaurantes. Definitivamente la luz al final del túnel.
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