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Cuidado con el calor

Gente mayor y los bebés son los que más lo padecen

Combatir el calor extremo
Combatir el calor extremo
Foto: Pixabay

Los datos de mayo hablaron de récord de temperaturas y parece que en junio vamos a repetir esta tónica. El aumento global de la temperatura es una constante entre picos de récords que se traducen en olas de calor. Allá donde no se acostumbra a vivir una ola de calor hace más daño en la población pero ni en Menorca podemos imaginar que estemos exentos de esos extremos térmicos.

La hidratación es clave, pero eso no significa que podamos beber cualquier cosa líquida. Las bebidas alcohólicas (cerveza incluida) y cafés tienen un efecto contrario al que podamos pretender. Tampoco ayudan las bebidas azucaradas. Además del agua mineral conviene hidratarse a base de zumos naturales, gazpachos o batidos (leche, avena, coco, soja).

Es conveniente tener aire acondicionado allá donde estemos pero igual de importante es regular el termostato para que la temperatura que escojamos sea agradable (21-25 grados) y no fresca puesto que la diferencia térmica con el exterior podría provocar a nuestra salud una mala pasada.

Estar cerca del agua ayuda; refrescarse en el mar, piscina o en una ducha. Incluso antes de ir a dormir nos puede ayudar a conciliar el sueño en las noches tropicales (de más de 20 grados). Y a lo largo del día debemos preferir la sombra. Eso debería animarnos a llevar sombrero o gorra, ropa de manga larga pero de lino o tejidos transpirables. Escoger ropas de colores claros. El impacto del sol directo es el principal motivo de los golpes de calor. Por eso también es conveniente evitar exponerse en las horas centrales del día, entre las 11 y las 16 horas.

En 2003 murieron en centro Europa (especialmente Francia) más de 1.000 personas por golpes de calor. Y unos años antes, en otro golpe de calor anómalo, incluso más. La mayoría eran mayores de 75 años.

Técnicamente el golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal se eleva por encima de 39.4° centígrados, ya sea por efecto de la condición ambiental o por actividad física, en la que el organismo es incapaz de regular su temperatura y constituye una de las consecuencias de la exposición a altas temperaturas por tiempos prolongados.

Lo que le pasa a nuestro cuerpo es que aparece el mareo, la sudoración excesiva, el enrojecimiento y sequedad de la piel, fiebre, comportamiento inadecuado, aceleración del ritmo cardíaco con latido del corazón débil, dolor de cabeza y ataques con convulsiones. También son buenos consejos utilizar gafas de sol, ponerse protección solar, lavar las manos frecuentemente con agua y jabón.

Los menores de seis años, adultos mayores de 65 años, personas con sobrepeso, deshidratadas, con problemas en las glándulas sudoríparas y enfermas del corazón, representan los grupos de la población más vulnerables a sufrir golpes de calor.


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