La idea es tan sencilla como efectiva: Menorca se convierte en la primera quincena de junio en un punto de encuentro de empresas jóvenes y emprendedores que, llegados de diferentes puntos del planeta, se dedican a desconectar. Y a desacelerar.
Esta expresión no va en contra del éxito. Simplemente es un concepto rompedor. Hay que desacelerar para poder plantear las cosas con otro punto de vista. Y ese punto de vista tiene el paisaje de nuestra isla de fondo.
Los jóvenes participantes no pueden usar ni chaqueta ni corbata. Lo suyo es utilizar abarcas y bermudas. A lo largo de la estancia deberán participar de ciertos encuentros que, aunque son de trabajo, no lo parecen. En la parte final, la exposición de sus talentos conseguirán captar la atención de otros y así, combinar ideas sumando sinergias. En la puerta de salida estarán esperando aquellos que buscan ideas para financiar y ayudar a crecer.
Que alguno de los participantes de la edición anterior estén destacados por la revista Forbes como alguno de las más destacadas promesas del mundo empresarial con menos de 30 años es muy significativo del tipo de personas que acoge esta iniciativa. El gerente de Menorca Millenials, Jordi Valls, recuerda que ahora están en el periodo de encontrar a las startups que quieran venir a Menorca este año, así como encontrar sponsors que les ayuden a hacer realidad su tercera edición.