Camí de Cavalls

Son Parc está en los prolegómenos de la etapa que transita entre Arenal d’En Castell a Cala Tirant. De hecho, de las tres horas previstas para los diez kilómetros de este recorrido, media hora transita entre las dos urbanizaciones, con lo que el plato fuerte de esta etapa comienza en el humedal de Son Saura y transita a través del bosque por más de una hora, hasta alcanzar el fonde de la bahía de Fornells, donde es paso obligado la salina de la Concepció, largo tiempo abandonadas y hoy de nuevo en explotación.
Entre las salinas y la carretera de Fornells está la basílica paleocristiana de Cap d’es Port, que sorprende por el estado de conservación del baptisterio y la pila bautismal, mudo testigo del peso de las centurias en esta población que siempre fue entrada de barcos que apreciaban el llegar sin ser vistos.
Cala Tirant (Playas de Fornells) es la urbanización de llegada de esta etapa, en la que el observador avezado descubrirá la transición entre el nordeste y la poderosa influencia que sobre él ejerce el parque nacional de Es Grau, y el más puro norte de Menorca, imperio muchas veces milenario de viento y pizarra.

Comer entre el mar y el green

Los Porches

Fuimos con los niños a cenar y todo estaba riquísimo y a buen precio. El personal encantador, atento y muy amable.” Este testimonio, escrito por un anónimo en una conocida red social de Internet, resume a la perfección lo que Los Porches es. Un restaurante acogedor, con fantástica comida, con una carta variada y donde se puede disfrutar de una gran experiencia en familia, pero también en pareja o con amigos.

 

 

Alexanca

Otro de los referentes en Son Parc con todo tipo de alternativas gastronómicas. Allí, en su terraza, puedes comer un kebab, un amplio surtido de tapas, raciones o pizzas, además de carnes o pescados. Cuenta con un espacio para niños y también dispone de un buen surtido de cócteles para acabar la noche. La música en directo y una zona de chill out hacen las delicias de sus visitantes.

 

 

 

Paradise Beach Menorca

Es un restaurante con una decoración original que ofrece pizzas, hamburguesas o costillas. Allí podrás degustar unos nacho, una amplia variedad de tapas, burritos, raciones o tacos. La jornada en el Paradise Beach se remata con un buen cocktail en un lugar que siempre cuenta con un muy buen ambiente en su terraza.

 

 

 

 

 

 

Son Parc es golf

Los amantes del golf tienen en Son Parc, y durante todo el año, el único campo de la isla para practicar su deporte favorito. Son 18 hoyos de verdes pastos en los que viven familias de pavos reales y algunas garzas que recuerdan que aquí hubo un enorme humedal.
El campo está gestionado por el club Son Parc desde hace más de 35 años y dispone de todos lo que se puede uno esperar de un club de categoría internacional. Aquí se disputan torneos y competiciones, hay academia de golf y están disponibles todo tipo de abonos. También cuenta con tienda y restaurante.
Los que saben de esto entienden que es un raro privilegio contar con este campo a tiro de piedra del resto de lo que la isla ofrece, cerrando el círculo de unas vacaciones diez.
Tanto para apasionados como para principiantes o curiosos, toda la información está en Golf Son Parc Menorca.

Son Parc: donde la belleza natural no entiende de nombres

Es la playa con 1.000 nombres distintos. esto obedece a que la urbanización adyacente se llama Son Parc, está en los antiguos terrenos de la finca Son Saura y el arenal se llama Arenal de s’Olla, aunque se le conozca como Arenal de Son Saura, o más simplemente Son Parc. El nombre es lo de menos. Lo importante es al belleza natural que nos roba la mirada. Se trata de un sistema dunar protegido muy hermoso y muy bien conservado que linda con el mar y con un extenso pinar que invita a descansar del sol y a realizar paseos interminables.

La playa es como una hermana menor de la vecina Arenal d’es Castell, formando un arco en su litoral, con blanca y fina arena proveniente de las dunas y aguas muy tranparentes. Cubre lejos, lo que la hace ideal para ir con niños, y está muy bien vigilada. En el lado de levante se encuentran las casas mejor ubicadas de la urbanización, mientras que el poniente es totalmente virgen y agreste. Para quien viene de fuera en coche, la mejor opción es encontrar aparcamiento en la zona de poniente, que tiene un enorme espacio habilitado bordeando las dunas. En verano está muy concurrido por lo cerca que queda el coche de la arena.

La playa tiene 330 metros de largo por 60 de ancho con lo que, incluso en altísima temporada, siempre se encuentra espacio, ya que aquí se está muy lejos de las aglomeraciones del sur y los pueblos principales. No obstante, al estar urbanizada, cuenta con todos los servicios al uso: cruz roja, zona de deportes náuticos, supermercados, lavabos, duchas y cafeterías. Cabe destacar que se puede incluso venir en autobús, tanto desde Fornells como desde Maó y Es Mercadal.

Mitjana y Mitjaneta no son Macarella y Macarelleta

MITJANA

¡Bienvenidos a cala Mitjana! En otros tiempos se podía, durante todo el año, bajar en coche hasta la mismísima arena de esta maravillosa cala precedida por un fastuoso pinar bajo el cual hay sembradas una multitud de mesas de picnic. Su arena blanquísima, sus aguas impolutas y las paredes de piedra caliza que la protegen a ambos lados la convierten en la playa perfecta para las parejas. Recuerda al idílico “lago azul” y está tan cerca y a la vez tan lejos.
Hoy, en temporada alta, se ha vedado el acceso a los vehículos, que aparcan en el estacionamiento al borde de la carretera de Cala Galdana. Es premio o castigo según se vea, porque el paseo de un kilómetro por el pinar es digno aperitivo de lo que aguarda al final.
Servicios no hay ¿Para qué, además? En el lado izquierdo hay una diminuta cueva que conecta con un minúsculo cenote que da al otro lado de la roca viva, frente al mar abierto. En el lado derecho está la hermana Mitjaneta, minúscula, coqueta, única en su género. Quien tiene el privilegio de plantar en ella su toalla para pasar unas horas, sin duda se está poniendo el listón muy alto: paz total, armonía. Todo lo que uno imagina como típico de la cala virgen del Mediterráneo, se convierte en arquetípico en estos escasos pero irrepetibles metros cuadrados de mansedumbre y bonanza.

Viene de perlas

Para ese regalo especial a la persona más especial, los visitantes que se alojan en Cala Galadana no necesitan ir ni a Ciutadella, ni a Mahón, ni al aeropuerto ni a París.
Aquí mismo se pueden encontrar artículos de Swarovski y Perlas Majorica, señal de que hay demanda y de que esa demanda es exigente, pudiente y compra por impulso. Para un capricho más mineral si cabe, en el centro comercial Binisaid está la joyería y relojería Goya. Algo tiene este paraje que mueve las pasiones de las personas. Algo ha de tener.

Quedamos en Toni

Antiguamente, en Cuba y otras Antillas, la palabra “chiringo” designaba el chorro corto y escaso del café al caer, y del ron al caer. Así, por tierras de habanera, se acabó aceptando la denominación de “chiringuito” para cualquier puesto donde se sirviera café.
En Sitges nació, en 1913, el primer “merendero” de España, entonces llamado el “kiosket”. Muchas veces renacido, no fue sino hasta 1949 en que se renombró, con gran fortuna, como “el chiringuito”.
“El Kiosket” de Sitges fue por tanto el primer chiringuito de España y en Cala Galdana, en pleno 2017, la palma de los chiringuitos se la lleva el mítico chiringuito “Toni”. Está al final de la playa justo debajo del Hotel Cala Galdana, y por allí pasan todos los personajes famosos que se acercan a la playa para no ser reconocidos.
¿Por qué es mítico y absolutamente recomendable? Por su absoluta y despretenciosa sencillez, a pesar de coexistir con el bullicio de este ardiente balneario. Te atienden sin atosigar, hacen y dejan hacer, cerveza fría, tapita, arrocito. Vamos a Galdana, quedamos en Toni y dejamos las máscaras fuera.

El viejo timón como mesa de centro

Un viejo timón que haya navegado, que haya sufrido tempestades y disfrutado travesías a favor por igual, es un objeto que suele sobrevivir al barco que dirigió. Con un nombre como este no se puede esperar poco del restaurante más céntrico y movidito de por aquí. Con una terraza contenida y agradable, un interior clásico, marinero y campechano, sus buenos arroces, langosta y pescado fresco como apuesta del lugar para no dejar nada al azar, el Viejo Timón mantiene firme el cabo y la cosa va para largo.
No hace falta estar en un enclave muy visible y frecuentado para abandonarse al menú de batalla. Aquí se trabaja con cariño y esmero, se cuida al visitante y se deja buen recuerdo con ciertos ases en la manga a modo de especialidades de la casa. Pregunten por las almejas al cognac, pruébenlas y sigan preguntando, verán como, seguramente, este viejo timón les lleva sabiamente al puerto seguro de una comida con nota. Como pueden imaginar, pueden llegar sin más, pero es mejor reservar, es demasiado tentador para muchos poder comer así tan cerca de la tumbona y volver a hacer la merecida siesta.

Excursiones a bordo

unnamed-7Para contratar excursiones desde Cala Galdana a las playas vírgenes de la costa sur en barco, destacamos dos casas especializadas y de lo más competentes:
La empresa Don Pancho ofrecen rutas en barco por el sur de Menorca desde son Saura hasta cala Escorxada. También se puede disponer de barco privado con patrón, medio día o día entero.
La firma Menorca Taximar, con un perfil más juvenil, pone a disposición una Zodiac de gran tamaño, con capacidad para diez personas, para un servicio de llevar y recoger a precios realmente competitivos.
Por supuesto que hay otras opciones, tan válidas como divertidas, para pasear por las cuevas y las calitas de este privilegiado litoral, ya sea contratando una excursión en kayak con monitor, como en un típico paseo colectivo en la barcaza con fondo de cristal de Holiday Lines. A vela, a pedales, nadando, todo vale para descubrir como sea lo que el horizonte de esta playa esconde.

Camí de Cavalls

El Camí de Cavalls tiene un punto culminante en cada punto cardinal de la rosa de los vientos. Sin lugar a dudas, la etapa más fantástica del sur es esta, que recorre a través de senderos boscosos de jaras y acebuches, bordeando la costa, los siete kilómetros cortos que hay entre cala Galdana y cala en Turqueta.
El paseo es de dos horas y media… para el paseante ciego. Para el vidente es tal el pasmo que provoca la exuberancia del paraje que recomendamos prever al menos cuatro horas. Partiendo de la calle Camí de Cavalls en Cala Galdana, atravesaremos la arena, cruzaremos el puente de madera y, dejando atrás el bullicio, empezaremos a sentir la absoluta paz y desconexión de las impresionantes Macarella y Macarelleta. Nunca fue ni será facil llegar a estas arenas con un mínimo de esfuerzo, incluso por mar, estas dos calas son el secreto a voces peor guardado de Menorca. El único restaurante del lugar solo lo han visitado unos pocos, y los miradores que se encuentran a lo largo de este recorrido solo los podrán gozar los que se animen a seguir esta propuesta.
No se puede decir que cala en Turqueta sea más de lo mismo, no lo es, está exactamente entre la virginidad más pura de las Macarellas y la practicidad de Cala Galdana, pues tan virgen como las primeras, tiene no obstante una línea de autobús que da servicio hasta aquí desde Ciutadella. El camino entre las tres playas es tan impresionante como las mismas, y si quieren saber lo que es un spoiler… hagan clic aquí.