Potente “Nabucco” para la XLV Temporada de Ópera de Menorca. El Teatro Principal de Maó se ha rendido sin condiciones a la ópera clave de Giuseppe Verdi en una velada de la que han disfrutado casi 2.000 personas, entre quienes llenaban el coliseo mahonés y quienes han asistido a la representación desde la calle Ses Moreres.
Potente el elenco, con Anna Pirozzi (Abigaille) y Carlos Almaguer (Nabucodonosor) a la cabeza, a quienes han dado el contrapunto Carlo Colombara (Zaccaria) y Annalisa Stroppa (Fenena) y complementado Leonardo Caimi (Ismaele), Javier Borda (Gran sacerdote de Baal), Vicenç Esteve Madrid (Abdallo) y Anna (Maria Camps).
Potente la Orquesta Sinfónica de Baleares y el Coro de Amics de s’Òpera de Maó, dirigidos por Francesco Lanzillotta y Cristina Álvarez, respectivamente, y potente en su vibrante sobriedad la escenografía de un buen conocedor del teatro y el público menorquín, Massimo Gasparon.
Un alarde conjunto de potencia para envolver al público en un relato bíblico que caló en los contemporáneos de Verdi, por la fuerza de su música y el momento histórico en qué se estrenó, y que lo sigue haciendo siglo y medio después, por esa misma fuerza y por su inolvidable “Va, pensiero”, el coro de esclavos que casi consigue eclipsar otros pasajes de intensa belleza que conforman esta ópera.
El Principal no ha sido excepción y en una ópera en la que el coro es un personaje más, los de Amics de s’Òpera, han sabido arropar los personajes principales y contribuir a que la historia fluyese de manera arrebatadora. La larga ovación– con ese detalle de Lanzillota de colocar en el centro a Alvárez- ha certificado una nueva noche de deleite verdiano.