El ejemplo que ilustran las fotografías son de la calle Obispo Goñalons de Maó y suponen un verdadero peligro para quien acierte a meter la rueda del coche dentro. Algo que no es demasiado difícil puesto que el agujero se encuentra en la zona de giro de los vehículos hacia el otro lado de la calle. A lo largo de los kilómetros de vía que tiene la isla seguro que hay muchos puntos que reclaman la atención del personal de la brigada de obras correspondiente. Se han visto reparaciones rápidas de zonas muy transitadas. Pero otras se están quedando atrás. El turno de estos baches espera, y mientras supone un peligro para el incauto que no está atento al suelo. Con otro detalle a tener en cuenta; Ya no es necesario que llueva para llenarlo. Basta que pase un coche. Y otro. Y otro. Y así vayan desgastando el firme a partir de la brecha inicial. Rogamos prudencia en la carretera… y en algunas calles.
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