Consternación, estupor y abatimiento. Estas eran las sensaciones generalizadas entre las autoridades que acudieron hasta el lugar de los hechos para ver como la planta de TIV era pasto de las llamas. La nave era un proyecto de Cáritas que estaba a punto de ser vendido a las administraciones para su gestión.
Como máximo responsable de la Iglesia en la Isla, el obispo Francesc Conesa apenas podía señalar que “es un dia muy triste. Un desastre, lo ocurrido. Era un proyecto que suponía una gran ilusión y estábamos en conversaciones con el Ajuntament de Maó, el Consell de Menorca y el Govern balear para reflotar el proyecto. Para este martes había prevista una visita del Govern para cerrar el acuerdo”.
El conseller balear de Medi Ambient, Vicenç Vidal, quiso aportar algo de esperanza. Expuso que “desde el Govern Balear damos apoyo a este proyecto de gestión de residuos y ahora se nos ha caído el alma a los pies. Estamos devastados, impactados. Esta planta simboliza la recuperación de materiales, su reutilización y la reducción de residuos. Se levantó hace seis años y lo volveremos a hacer”.
Por último, el titular de Medi Ambient del Consell, Javier Ares, manifestó que “lo primero es agradecer que no haya víctimas personales. este martes habrá que hacer un cambio de enfoque a la visita prevista. Nos tenemos que sentar con Cáritas y TIV para ver como reorganizamos la situación. Hay 12 trabajadores que deben de seguir pudiendo llegar a final de mes.” Sobre el inicio del fuego, el conseller señaló que “los responsables de Cáritas están pendientes de ver las cámaras que han grabado lo ocurrido. Todos nosotros estamos muy sorprendidos por lo sucedido porque la fábrica tras su reconstrucción en 2011 tenía muchas mejoras y nadie se esperaba esto.”
A llorar a la Iglesia y a chantajear al Vaticano. Vuestros marrones son eso: VUESTROS!