La empresa Lurgintza Ingeniería Geológica SL será la encargada de llevar a cabo la redacción del proyecto y dirección de obra del sellado, aprovechamiento energético y restauración ambiental del vertedero de Milà I. Lo ha anunciado este miércoles el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca. Las obras en Milà I para las que se ha adjudicado el proyecto, uno de los primeros vertederos de la Planta de residuos de Milà, preveen el confinamiento estable de los residuos, la minimización de las emisiones de gases y lixiviados y la instalación de placas solares sobre la cobertura de 3MW de potencia. El presupuesto aprobado es de 124.342,54 euros.
El objetivo principal del proyecto es dotar al antiguo vertedero de un nuevo sellado con las mejores técnicas disponibles que sirva a su vez de base para la instalación de una planta fotovoltaica y el consiguiente aprovechamiento energético de la zona. El vertedero había sido objeto de dos fases de sellado los años 1996 y 2007.
Durante la fase de mantenimiento postclausura del vertedero se detectó una generación inusual de lixiviados para un vertedero sellado, lo que motivó diferentes estudios para detectar el origen y minimización de los lixiviados. Como resultado de estos estudios nace la contratación de este proyecto, que persigue, además del aprovechamiento energético, garantizar el confinamiento de los residuos en condiciones de estabilidad, así como la minimización de las emisiones de gases y lixiviados en las máximas condiciones de seguridad dada la relevancia ambiental de la zona.
La adjudicación además contribuirá a la reactivación de las actividades en Menorca tras el parón económico generado por la crisis del COVID-19. En este contexto, la presidenta del Consorcio de Energía y Residuos de Menorca y consellera de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera, Maite Salord, ha querido recordar que “en estos momentos en los que parece que la crisis sanitaria está controlada en Menorca, es fundamental que las administraciones den respuesta a la grave situación económica que ha provocado y que incide, directamente, sobre el bienestar de los ciudadanos. Y la mejor manera es impulsando la reactivación económica a partir de proyectos e inversiones que vayan en la línea de la sostenibilidad, como pueden ser los de la mejora del ciclo del agua o el impulso de las energías renovables. Es dentro de este contexto que debemos situar el proyecto que presentamos de instalación de placas fotovoltaicas sobre el antiguo vertedero de Milà I, a la vez que se hace una restauración ambiental.
El nuevo sellado de Milà I
La propuesta para el sellado presentado por Lurgintza Ingeniería Geológica SL incluye la instalación de diversas capas sobre el antiguo sellado del vertedero: una capa de drenaje de gases, una capa de regularización, una barrera geológica artificial, revestimientos impermeables y de drenaje de lluvias y la instalación de una geomalla de refuerzo para garantizar la supervivencia del paquete de impermeabilización. Sobre ellas irían las últimas capas; la de cobertura, que estaría compuesta de materiales procedentes de la valorización de residuos de construcción y demolición (RCD) y compost, y una capa final de suelo vegetal de 0,15 m de espesor.
Instalación de placas fotovoltaicas sobre el sellado
Tras el sellado, el proyecto adjudicado plantea la implantación de una planta de energía renovable fotovoltaica sobre el sellado de Milà I. Esta instalación será diseñada de tal manera que sea compatible con este sellado, atienda a su integración paisajística en el entorno y a la optimización de la eficiencia de la planta fotovoltaica.
La superficie prevista para la planta es de aproximadamente 13.000 m2 y se prevé una potencia instalada superior a 3 MW. Constará de 4 plataformas subhorizontales con pendiente del 2% orientado hacia el sur para su máximo aprovechamiento.
La compatibilidad de las estructuras de sujeción de los paneles solar y su cimentación son unos de los puntos críticos a resolver en el proyecto. A priori, la mejor solución es la implantación de grupos de placas, con una estructura para una alineación de dos hileras, lo que permitiría reducir las cimentaciones y minimizar el riesgo de punzar el sellado.
La integración paisajística busca garantizarse mediante el uso de colores, tramas y formas en las estructuras que atiendan a criterios técnicos de integración y sostenibilidad, y que aporten un valor añadido al proyecto.
La duración del contrato será previsiblemente de 32 meses y estará vinculada a la obtención de las correspondientes autorizaciones para el proyecto de ejecución de las obras, así como la ejecución de las propias obras.