Era el 7 de marzo de 2020. Menorca vivía sobrecogida por las informaciones que llegaban desde Mallorca y otros puntos de España, en los que el coronavirus ya había penetrado. La comunidad sanitaria sabía que era cuestión de tiempo y llegó. Ese día se anunciaba el primer caso de una persona con Covid-19, un médico del Mateu Orfila. Hoy, un año después, la pesadilla no ha acabado.
El facultativo quedaba aislado y la Conselleria de Salut confirmaba que no había pacientes contagiados. Tampoco había alcanzado al personal que trabajaba con el galeno, pero era el inicio de meses en los que la pandemia ha puesto en jaque sanitario, social y económico a la Isla.
Ese mismo día, a preguntas de los periodistas, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, restó importancia a los contagios, que ya por entonces se estaban acumulando en el país. Apenas una semana después de que Simón pronunciara esas palabras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el confinamiento.
Llegaron los días en los domicilios, los aplausos a los sanitarios, el deporte en las habitaciones…
A partir del mes de abril, la Isla fue recuperando parte de sus libertades, con un alivio especialmente dirigido a los más pequeños. La desescalada fue gradual. Pero la situación no mejoró. Los rebrotes arrasaron con la temporada turística, Menorca se quedó sin fiestas patronales y, lo más grave, sin turistas. Se sucedieron los cribados masivos en Ciutadella, Maó o Alaior.
Pasado el verano, la curva de las infecciones estaba alcanzando dimensiones preocupantes, y el Gobierno optó por decretar, el 25 de octubre, un nuevo Estado de Alarma. Eso sí, concediendo el mando a las comunidades. Las cifras de contagios y de muertes empezaron a crecer y a convertirse en una rutina. También en la Isla, a pesar de que siempre ha sido, junto a Formentera, la que mejores datos ha presentado en las Illes Balears.
La Navidad no ayudó a mejorar la situación, y las olas empezaron a replicarse. La maquinaria para conseguir una vacuna salvadora llevaba tiempo en marcha, y parecía que, con la llegada de 2021, todo acabaría. Pero no. Mascarillas obligatorias, medidas más restrictivas, distancia social… Una vocabulario que había llegado para quedarse.
El 23 de enero, Menorca registró 53 contagios en un día, con dos pacientes en la UCI
No en vano, durante el mes de enero, luego del fin de las fiestas navideñas, el escenario epidemiológico empeoró en la Isla. A final de mes, se llegaron a registrar 53 contagios en un día, algo que activó todas las alarmas. El Govern balear elevó el nivel 4 sanitario en Menorca, algo que provocó el cierre de bares y restaurantes, y la limitación de horarios en comercios y reuniones sociales.
Las restricciones empezaron a mejorar progresivamente los datos. Hasta el punto, de que a finales de febrero la Isla estaba lista para bajar de nivel. Algo que se hizo efectivo poco después, aunque con adaptaciones. Es el escenario actual de Menorca, con un nivel 2 y el inicio, aunque lento, de las vacunaciones en algunos grupos de riesgo.
Hasta hoy, en la Isla se han contagiado 2.149 personas desde el inicio de la pandemia; 33 personas han perdido la vida
Lejos queda ya el primer caso de coronavirus que sacudió a la Isla. Un año después, y tras 2.149 contagios y 33 fallecidos y una economía muy castigada, nos seguimos preguntando: ¿Hasta cuándo durará esto? ¿Habrá temporada turística? ¿Llegarán más vacunas? ¿Tendremos que seguir llevando mascarillas?