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Constituida la primera comunidad energética de Menorca en el Polígono de Sant Lluís

Se han adherido 13 empresas, el IBE y el Ayuntamiento de Sant Lluís, y cuenta con una inversión comprometida de 150.000 euros

Imagen del acto de la constitución de la primera comunidad energética de Menorca
Imagen del acto de la constitución de la primera comunidad energética de Menorca

Se ha constituido formalmente la comunidad energética del polígono empresarial de Sant Lluís. El ente cuenta con la participación de trece empresas, el Instituto Balear de la Energía (IBE) y el Ayuntamiento de Sant Lluís, además del apoyo de Menorca Preservation, que ha financiado el equipo técnico para la creación de esta entidad. El presidente es Pablo Sánchez de la empresa Dixis, y el secretario, Josep Pons de la empresa Ecosis.

Esta será la primera comunidad energética ubicada en un polígono empresarial, y cuenta con una inversión inicial ya comprometida de 150.000 euros por parte del IBE, organismo adscrito a la Vicepresidencia y Consejería de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern balear.

Los 15 socios iniciales que conforman la comunidad ponen a disposición de la comunidad energética 7.990 metros cuadrados de superficie en sus cubiertas para acoger instalaciones de generación de energía renovable.

El director gerente del IBE, Ferran Rosa, ha celebrado la constitución de la comunidad, asegurando que «con esta comunidad energética seguimos avanzando en el objetivo de promover la implantación de instalaciones solares fotovoltaicas sobre cubiertas y de fomentar la cooperación empresarial. Esta experiencia tiene vocación de ampliarse a todo el polígono y, sobre todo, de replicarse en todo el resto de polígonos industriales de Baleares».

Por su parte, la alcaldesa de Sant Lluís, Carol Marqués, ha destacado la importancia de la iniciativa y la suma de esfuerzos entre sector público y privado: «La transición hacia un modelo energético más sostenible nos interpela a todos, y por eso actuaciones como esta son un buen ejemplo de cómo se tiene que hacer trabajo de la mano, con unos objetivos que nos beneficien a todos, y que implicarán mejoras claras tanto para el sector público como para el privado. La implantación de una comunidad energética en el polígono empresarial no sólo beneficia a los empresarios, sino que es un paso adelante para todo el pueblo de Sant Lluís y para la isla de Menorca, que sigue avanzando en la implantación de las energías renovables y en el proceso de descarbonización», ha defendido.

Menorca Preservation, fundación sin ánimo de lucro, ha sido un actor imprescindible a la hora de elaborar los trabajos técnicos para hacer realidad esta entidad. Basándose en el estudio de viabilidad de la comunidad energética que llevó a cabo el Ayuntamiento de Sant Lluís, Menorca Preservation —que tiene como una de sus prioridades apoyar a proyectos que contribuyan al esfuerzo de descarbonización de Menorca en el marco de la Estrategia 2030 del Consell Insular— quiso apoyar al impulso de este proyecto. La fundación aportó 9.000 euros para financiar el trabajo del equipo técnico, liderado por Jesús Cardona, con el objetivo de conseguir un modelo que después pueda ser replicado en otros municipios. La directora de Menorca Preservation, Rebecca Morris, ha valorado que «estamos muy orgullosos de haber podido formar parte del trabajo complejo y colaborativa que ha significado este proyecto. Y estamos encantados de que trece empresarios con visión de futuro hayan constituido esta comunidad, que esperamos que sea la primera de muchas y que nos beneficie a todos».

Los objetivos de esta comunidad energética son lograr la autosuficiencia energética del polígono empresarial de Sant Lluís mediante la reducción de su consumo energético y la generación de energía de fuentes renovables en el mismo polígono. Otro de los objetivos es conseguir el precio más económico posible para la energía consumida.

Señalar que la comunidad energética promoverá instalaciones de energías renovables en el entorno del polígono, gestionará su aprovechamiento energético, llevará a cabo su mantenimiento y facturará a los consumidores la energía suministrada. A la vez, facilitará herramientas e instrumentos de gestión energética a sus miembros, a efectos de reducir el consumo energético y el precio de la energía que consuman. La participación en esta asociación es de carácter abierto y voluntario para cualquier persona física o jurídica que cumpla las condiciones de participación fijadas en sus Estatutos.

La comunidad determinará un precio anual del kWh por debajo del precio medio de mercado, que incorporará el coste de las instalaciones, su amortización y los costes de operación y mantenimiento. El precio se revisará anualmente y deberá prever necesariamente la retribución de los inversores que hubieran aportado capital.

Los miembros de la comunidad energética que sean consumidores tendrán derecho al aprovechamiento energético de las instalaciones de autoconsumo. Además, esta comunidad energética tendrá la facultad de establecer los protocolos de entrada y salida de los autoconsumidores y el coeficiente de reparto de la energía y se fijará, en todo caso, una cuota máxima de reparto de la energía, a efectos de asegurar el acceso por parte de un mayor número de consumidores a ésta.

Debe apuntarse que tanto la cuota de participación como el número de autoconsumidores se irá adaptando progresivamente a la implantación de instalaciones de generación. La adhesión de nuevos autoconsumidores se hará de forma progresiva, a efectos de asegurar que su entrada no implique una reducción significativa de la cuota de energía autoconsumida de los miembros que ya lo eran.

El Govern balear considera que las comunidades energéticas locales son una pieza clave en el impulso de la democratización de la energía, en la medida en que permiten la explotación colectiva de los recursos energéticos con una finalidad cooperativa y de abaratamiento de la factura y no de lucro, de forma que facilitan la respuesta a dos problemáticas importantes, como son la emergencia climática y el elevado coste de la factura energética. Así, éstas no solo facilitan el acceso a una energía más barata, sino que también contribuyen a hacer llegar el autoconsumo energético a consumidores con menor capacidad de inversión. Con estos proyectos se pretende aumentar notablemente la resiliencia de las empresas del sector industrial, consiguiendo no sólo un abaratamiento de sus costes, sino también una cultura de colaboración entre éstas.


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