“¡Párate y mírate!”

En los últimos tiempos, debido a motivos personales, he decidido bajar mi ritmo de trabajo y dedicarme a encontrarme conmigo misma y a sentirme nuevamente alineada con mi interior.

Esto que, en los libros de la New Age sobre espiritualidad, crecimiento personal y psicología, nos han explicado millones de veces, pero con el día a día, nos es imposible realizar, lo he podido hacer desde la calma.

Y es muy curioso que, sólo cuando sales del mundanal ruido, del bullicio diario, puedes comienzar a ver todo con perspectiva.

Es como si te salieras de tu cuerpo y te posicionaras en el de otra persona, viendo todo el ruido pasar con relativa tranquilidad, sin alterarte, sin ver la parte negativa de las cosas y aceptando que todo lo que nos ocurre, es lo mejor que nos puede pasar en este momento.

Sólo cuando acallamos a esa voz que nos grita incesantemente, podemos despegar y ver las cosas con perspectiva.

Mientras que estamos anclados en el infernal ruido diario, intentando solucionar problemas, entre disputas y situaciones complicadas, no podemos ser capaces de ver las estrellas.

El papel todo lo sostiene, pero después la realidad es otra cosa totalmente distinta. Leer en un libro, o que un “experto” te diga lo que tienes que hacer, es muy sencillo, no obstante llevarlo a la práctica es harina de otro costal.

Si no paras e intentas ver todo con perspectiva, te vas a perder tu vida, la de tu familia y amigos y una mañana te levantarás, como le pasa a una gran parte de la población y te preguntarás, que has hecho con ella y para que seguir viviendo.

De hecho, gran parte de la población sufre crisis existenciales, cuando tiene sus primeras necesidades cubiertas, tener un techo y algo que llevarse a la boca, siempre está lo primero.

No obstante, pasada esa primera etapa de supervivencia, el ser humano, comienza a preguntarse por su sentido de vida y ahí es cuando nos perdemos.

Nos metemos en muchas cosas, estamos siempre ocupados, para no vernos realmente como somos, porque cuando nos paramos a mirar lo que hemos hecho con nuestras vidas, en muchas ocasiones, no nos gusta lo que vemos.

Nos sentimos infelices con nuestros trabajos, nuestras relaciones personales, nuestros amigos, hijos…. con la vida.

Es muy común entre mis clientes, el pensamiento recurrente de vivir una vida sin sentido.

Pero se nos olvida que el sentido de la vida es VIVIR, sólo eso VIVIR y AMAR.

Cuando miramos al otro en lugar de ver solo nuestro ombligo cambia la perspectiva de las cosas.

En una sociedad enferma como la nuestra de, avaricia, ego, odio, obsesiones, la vida nos cuesta, nos pesa y nos hace sentir pequeños.

Pero querido amigo lector, la vida sólo va de eso, de VIVIRLA.

No esperes grandes cambios en tu vida, no pienses que todo será distinto si cambias de trabajo, si te divorcias o si dejas de hablar a una u otra personas.

Cuando los problemas se meten bajo la alfombra, tarde o temprano huele mal la habitación.

¡No te escondas de ti mismo!, mírate como realmente eres, no como te gustaría haber sido, ni como debías haberlo hecho. Todo es un plan perfecto y estás donde tienes que estar en el momento presente y tus errores y tu pasado te han traído hasta aquí, para que ahora, puedas volver a empezar.

¡Párate y mírate, ve el esplendor de tu alma!, ¡Dios te hizo perfecto!

Acepta tus errores, tus vicios, tu oscuridad y desde reconocerla comienza a cambiarla, solo desde ahí te sentirás mucho más libre, te sentirás conectado con tu alma.